El incendio de la Iglesia de Valverde

El 21 de julio de 1936 los valverdeños vieron con horror como uno de sus símbolos era pasto de las llamas. Apenas unos días de comenzar la guerra civil, un grupo de pistoleros se adentraron en el interior de la Iglesia con pólvora. Amontonaron todos los muebles, imágenes religiosas y con la ayuda de la pólvora iniciaron un espectacular incendio. Todos los valverdeños que lo apreciaron han comentado que fue espectacular ver salir por las ventanas y vidrieras de la parroquia los chorros de fuego acompañados de los traquidos de la pólvora al estallar.

Manuel Villegas Parreño (Cástulo) en 1936 era monaguillo y con el tiempo llegó a ser sacristán. Era uno de los valverdeños que más conocía sobre la historia de la Parroquia y en relación a este incendio comentó lo siguiente: “yo me escapé de casa de mi tía, y desde la calle Arriba vi mucho humo por la ventana de la sacristía. Cuando se pudo entrar, vi a un hombre en la puerta de la sacristía que da al Altar Mayor y a otro junto a la pila de entrada, los dos con escopetas, y un montón de escombros en una nave lateral, donde me encontré una corona de un Niño Jesús. La única imagen que se salvó fue la Virgen del Pilar que es de plata maciza, regalada por D. Rodrigo Caballero.”

Añade Manuel, “que la quema de la iglesia no se evitó ya que hubo mucha cobardía, porque ocho días antes se rumoreaba que iban a quemar la iglesia. Eusebio (sacristán en 1936) se negó a dar las llaves del templo, y el alcalde, Juan Fernández, le dijo a Don Jesús (párroco en 1936) que el no quería que quemaran la iglesia, pero no podía evitarlo.” Añade Manuel “que se quemaron muchos tesoros y se podían haber sacado muchas cosas, pero lo único que se salvó lo sacó Eusebio, como la concha de bautizar y la crismera. Otras cosas que no se quemaron han desaparecido de la iglesia y alguien las tendrá.”