miércoles, 18 de junio de 2008

Huelga general en Valverde del Camino

El 30 de abril de 1920 la totalidad de la plantilla del ferrocarril de Buitrón comienza una huelga general en Valverde del Camino. Ello provoca la paralización de los servicios de transporte de mercancías y materias primas entre nuestro pueblo y San del Puerto. Los obreros reivindicaban un aumento de sueldo, similar al de los ferroviarios de la empresa 'Madrid, Zaragoza y Alicante', lo que significaba doblar los sueldo y lo que de ninguna forma aceptaban los ingleses.


Para sustituir a los trabajadores llegó a Valverde una unidad ferroviaria del ejercito, que continuaron el servicio de trenes durante toda la huelga, transportando viajeros, las sacas de correos y mercancías alimenticias, pero ni un solo vagón de minerales.

Arrepentidos muchos de los obreros por las tristes consecuencias de la huelga, desesperados casi todos, nombran en asamblea a un nuevo comité de huelga en el se integran elementos más conservadores, hombres de mayor edad, con más responsabilidades en la empresa, en un intento de acercarse a sus jefes ingleses y conseguir acabar con el conflicto. Este nuevo comité llegó por fin a un acuerdo con la Compañía del Ferrocarril el 5 de julio de 1920.

En esta huelga se recuerda una anécdota del genial Pelachingo. Un jefe inglés, Guillermo James, estaba recogiendo firmas entre los huelguistas para volver al trabajo. El inglés se encuentra con Pelachingo y le comenta “¡Hola 'Pelachingo! ¿No firmas para trabajar en el ferrocarril?”, a lo que respondió; “¡Yo quiero el ferrocarril para metérmelo en el culo!”. Una vez terminada la gran huelga del ferrocarril, y cuando Pelachingo iba a firmar para reincorporarse al trabajo, se encontró de nuevo con el inglés, quien de inmediato se dirigió a él recriminándole: “¿Usted no decía Pelachingo que quería el ferrocarril para meterlo en el culo?", a lo que el valverdeño contestó con la velocidad de un rayo "¡Sí, pero ahora quiero el culo para meterlo en el ferrocarril!".

A partir de un texto de Antonio Rico.

4 comentarios :

  1. Esa anecdota esta mu vista ya, hay que traer cosas mas novedosas. De todas formas no esta mal.

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  2. Pues yo no la conocía y me ha encantado leerla, genial.

    Gracias

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  3. Alquien em había contado esta anecdota una vez, pero al leerla sigue haciéndome gracia. Es q Pelachingo tenía mucho arte.
    Un Saludo.
    María.

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  4. Una vez más tengo que agradecerte, Manolo, que no cejes en el empeño de traernos a la actualidad retazos de nuestra historia. ¡Ánimo y un abrazo!

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