La semana pasada mientras veía las fotos del río Odiel a su paso por Sotiel Coronada, extraídas del enorme álbum fotográfico con el que nos deleita Paco Membrillo en devalverde, me acordé de unos viejos apuntes del archivo de Antonio Rico que hoy rescato para el blog.
En el año 1716, un valverdeño pide al Cabildo (Ayuntamiento de entonces) autorización para fabricar un molino en el río Odiel, concretamente “donde baja el arroyo del Fresnajoso”. El Ayuntamiento accedió a lo solicitado pero sin tener en cuenta el parecer de los propietarios de los otros dos molinos existentes en el mismo río. Éstos, por la cercanía del recién autorizado, se consideraron perjudicados. Concretamente se trataba del Molino de Coronada, muy cercano a la ermita, y el Molino de Riojil, situado en la “pasá” del camino a Calañas. Sin poder precisar cual es cual, este molino que magistralmente fotografía Paco tras la crecida del Odiel en las pasadas lluvias es uno de ellos.
El caso es que las protestas de los dos molineros llegaron hasta la Villa y Corte de Madrid, donde se encontraba el Duque de Medina Sidonia, dueño y señor absoluto de todo el Condado de Niebla, que tiró de la oreja a los concejales de entonces, afirmando que habían excedido sus funciones, concediendo permisos que a él competían. El Duque, para desgracia de nuestros antepasados, se consideraba dueño y señor hasta del mismísimo viento. Pero esta metedura de pata, nos sirve para que hoy tengamos una buena descripción de los molinos que existían por entonces en Valverde. En este sentido el Duque, a cambio de la falta cometida por los regidores de la villa de Valverde, exige que el escribano dé fe de los molinos de viento que funcionan en la villa, sus emplazamientos y el nombre de sus dueños.
El Cabildo (Ayuntamiento) confiesa al Duque haber dado a principio del siglo XVIII licencias para siete molinos de viento, que estaban en uso y situados en los siguientes puntos: cuatro molinos en el cabezo de San Gregorio (Cabezo Molino), un molino en el cabezo de San Sebastián (El Santo), junto a la ermita; un molino en la Peña Gorda (¿Las Peñas?) y un molino de viento en los altos de Caña Luenga (Triana).
En próximas semanas rescataremos el testimonio gráfico de estos molinos.
Nunca se te agradecerá lo suficiente el trabajo de digitalización de los archivos de Antonio Rico, ardua labor Manolo
ResponderEliminarDesda la costa Vicentina (Sagres) en el Alentejo portugués hasta Mértola y Alcoutín, hasta Villablanca y Lepe (Torre del Catalán en la cornisa del Terrón, forman parte del paisaje estos sencillos y entrañables monumentos.
ResponderEliminarInteresante el material gráfico que prometes.
Un saludo
Doria
Manolo, te agradezco la información que proporcionas y la que prometes. No sé si no he entendido bien o qué, pero al principio del post me parecía que te referías a "molinos en el río", es decir movidos por agua, y luego se acaba enumerando una serie de "molinos de viento" (todos, además, en cerros, como es lógico). ¿He entendido algo mal?
ResponderEliminarEn primer lugar agradecer la fidelidad de los comentaristas que aseguran las próximas entregas en el blog, casi por obligación. Andrés ya te echaba de menos.
ResponderEliminarLuz de Gas me has tenido confundido con el nick, pero sin lugar a dudas eres mi buen amigo virtual Juan Duque.
En relación a lo que comentas Daniel, el fedatario valverdeño que hace el documento de los molinos hizo una relación extensa de los molinos, su ubicación y sus propietarios. Únicamente aporto la información referente a los molinos del pueblo, porque es lo que en su día recogió Antonio Rico. Seguramente en el documento estén recogidos todos los molinos del término municipal, es decir los d viento y los de agua (río Odiel y arroyo del Castaño) Si tengo posiblidad de encontrar la relación entera la publicaré también.
Gracias