Valverdeños por el mundo. Alemania IV

Un valverdeño en la industria aeronáutica alemana

Pablo Velázquez Oso nos narra como de su pasión por los coches y con sus estudios en mantenimiento aeronáutico le ha llevado hasta la ciudad alemana de Hamburgo

Es Valverde (es noticia).-

Valverdeños por el mundo. Alemania IV. Pablo Velázquez
por Jesús Ramírez Copeiro

Nació en Valverde el 13 de noviembre de 1987, hijo de Antonio Velázquez Pancho y Rosa María Oso Pereira. Mi pasión eran los coches -afirma Pablo Velázquez- y estudié un ciclo de grado medio de electromecánica de vehículos en el IES Don Bosco. Unos años más tarde realicé el ciclo superior de automoción en el IES Fuentepiña de Huelva. Además, cuando podía, trabajaba con mi padre (Pancho Automoción), que siempre ha sido mi referente y de quien más he aprendido. Gracias a un cliente del taller, que era técnico de mantenimiento de aeronaves, pude conocer el mundillo de la aviación.

En 2010, gracias al apoyo de mi familia, cursé tres años en Málaga y con mucho esfuerzo obtuve una licencia de mantenimiento aeronáutico. Realicé prácticas en Iberia y en Aerodynamics, una empresa malagueña de aviación general. Allí conocí a Alexander Suárez, jefe de taller y excelente profesional, que más tarde me apoyó para participar en las pruebas de selección de mi actual empresa en Hamburgo. Las pruebas consistieron en una serie de entrevistas en las que tuve que demostrar mi capacidad técnica y de comunicación. Y así fue cómo, el 22 de junio de 2013, empecé mi aventura en Hamburgo.

Hamburgo

Es la ciudad más importante del norte de Alemania, junto al río Elba, con cerca de dos millones de habitantes. Gran parte de la economía se debe a su puerto fluvial, el segundo más grande de Europa. Hamburgo es la ciudad de los canales y según dicen tiene más canales que Amsterdam y Venecia juntas. Abundan los espacios verdes, siendo el Stadtpark el parque más grande de la ciudad. Este parque posee una playa en un lago natural y contiene además uno de los planetarios más grandes de Europa. Con más de ochenta museos, la ciudad dispone de una gran oferta cultural: conciertos, musicales, cine y teatro.



Foto 1: Pablo Velázquez en Hamburgo, marzo 2014

En el tiempo que llevo aquí he vivido en cuatro sitios diferentes pues es muy difícil encontrar un piso para una larga temporada, ya que Hamburgo recibe inmigrantes de todas partes del mundo y la ciudad no crece al mismo ritmo que lo hace la población. A parte, la vivienda es muy cara, es más fácil hallar un trabajo que una vivienda para una larga estancia. Actualmente vivo en el barrio de St. Pauli, el más popular y pintoresco de Hamburgo, concretamente en la famosa Reeperbahn, que es el centro neurálgico de la fiesta, del juego e incluso posee un barrio rojo. Es el antiguo barrio de pescadores donde los marineros compraban víveres y frecuentaban burdeles. En la actualidad el barrio está habitado por estudiantes y trabajadores del ambiente nocturno. St. Pauli posee su propio equipo de fútbol, un equipo que está en contra de la prostitución y donde la gran mayoría de sus socios son mujeres.

Hamburgo tiene mucha vida y cuando hace buen tiempo hay infinidad de actividades para hacer. A la mayoría de la gente le gustan los espacios verdes y se realizan conciertos y fiestas de forma habitual. Existe una feria coincidente con cada estación del año, muy parecida a las que se suelen ver en Andalucía. Cuando el clima lo permite se hacen barbacoas en los parques, algo que es legal y normal. Nos reunimos un gran número de españoles, italianos, franceses y alemanes para salir por la ciudad o para acudir a las actividades del fin de semana y que aumentan a partir de mayo, con el buen tiempo. Algo que nos encanta a mi novia y a mi es viajar, y siempre que podemos aprovechamos para conocer los rincones del norte de Alemania y otras zonas de Europa, como Berlín, Bremen o Amsterdam.



Foto 2: Pablo y Amparo en el Jardín Botánico, septiembre 2013

Hamburgo tiene un sistema de transporte público excelente, empezando por los autobuses que pasan cada quince minutos y cubren toda la ciudad. El metro tiene dos grandes líneas y los convoyes llegan cada cinco minutos. Los trenes conectan la ciudad con diferentes localidades de la periferia. Hamburgo está dividida en dos por el río Elba y con la ayuda de un ferry puedes pasar al otro lado del río y recorrer la zona sur de la ciudad, trayecto que tengo que hacer a diario para ir a trabajar.

Factoría de Airbus

En el barrio de Finkenwerder se encuentra la factoría de Airbus, mi actual empresa, una multinacional dedicada a la aviación y una de las más importantes subcontratas de Airbus. Mi trabajo se realiza sobre el Airbus A380, el avión de pasajeros más grande y moderno del mundo. El avión lo recibimos tras llegar en vuelo desde Toulouse, donde se ensambla. Nosotros trabajamos en la FAL1 (Final Line Assembly) y algunos de los trabajos a realizar son: Sustituir las ruedas del tren de aterrizaje; reglaje de las puertas de pasajeros; sustituir piezas defectuosas o que no pasen el control de calidad; engrasar los sistemas del avión (trenes de aterrizaje, mandos de vuelo primarios y secundarios); desmontar y montar piezas de estructura, etc.

Tengo dos turnos de trabajo, uno de mañana de 7 h a 14,45 h y otro de tarde de 14,30 h a 22 h. En la empresa hay más españoles pero no coinciden conmigo, así que sólo trabajo con alemanes y he de decir que no es nada fácil ya que, a una parte de ellos, no les gusta trabajar con extranjeros y en particular con españoles. Como anécdota diré que si hay algo que no entienden los alemanes o les parece raro o poco usual, dicen “será español”. Esto deja claro la imagen que tienen de nosotros y aunque no todos, hay bastantes así. Pero en general hay un buen clima de trabajo. En Hamburgo hay una gran población procedente de Turquía y ellos sí causan problemas, no son bien recibidos por los alemanes.

Desde mi casa a la factoría de Airbus hay 14 km y tengo que utilizar tren, metro y barco. El transporte publico es muy caro, un billete mensual para los anillos A, B y C (abarca toda la ciudad) cuesta unos 120 euros. Existen tarjetas para trabajadores, en las que la empresa paga la mitad del importe.



Foto 3: Pablo Velázquez con el Airbus A350 detrás, el segundo avión construido de ese modelo. Febrero 2014

Idioma y comida

Respecto al idioma es algo que llevo muy mal, ya que al tener horario rotativo no puedo acudir a clases de alemán. Aunque el idioma oficial en la aviación es el inglés y la gran mayoría de los trabajadores del sector lo hablan perfectamente, aun así es muy difícil comunicarse en un país cuando no se habla el idioma, espero poco a poco poder ir aprendiéndolo. Desde el inicio está aquí conmigo mi pareja, Amparo Romero, ella ha sido mi apoyo en todo este tiempo y no dudó en desplazarse desde Málaga para compartir esta aventura. Actualmente trabaja en un restaurante español y compagina su trabajo con los estudios de alemán.

En cuanto a la comida, es algo que tienen mucho que aprender de España. En Hamburgo se come mucha carne, carne de todo tipo y muy sabrosa. Entre los platos típicos está la salchicha con tomate y curry; un guiso de coles, que para mi gusto es muy fuerte; la tarta de queso con mandarina; y en Navidad se suele tomar un vino muy caliente, suave y bastante agradable, el glühwein, para aguantar el frío en la calle.



Foto 4: Pablo con sus padres, su novia y su abuela en Bremen, agosto 2013

Final

Para mí fue muy emotivo que mi familia viniera a visitarme, en particular mi abuela que hizo un gran esfuerzo por venir. Fue muy especial que pudieran visitar la fábrica de Airbus y ver dónde trabajo y cómo se construye un avión. Sé que por motivos laborales estaré alejado de Valverde y que sólo podré ir de visita, pero cuando vives en un país diferente es irremediable sentir nostalgia y echar de menos cosas que antes no valoraba. Un abrazo a todos.