Historia de la Virgen
El periódico Huelva Información, publica un completo reportaje firmado por Diego Lorenzo Becerril, sobre la llegada de la Virgen de España a Valverde hace 300 años
Fuente Huelva Información
La ermita donde se venera a la imagen de Santa María de España está situada en una pequeña vaguada junto a la orilla derecha del río Odiel, en el término municipal de Calañas, en Sotiel Coronada, frente al santuario donde recibe culto Nuestra Señora de La Coronada. En un espacio reducido, rodeado de un bello bosque de pinos, y, junto a las explotaciones mineras, se encuentran dos santuarios dedicados a la Virgen María, uno frente a otro, un caso único en nuestra provincia, que siempre ha despertado gran interés y curiosidad. Además esos dos espacios sagrados están vinculados a pueblos diferentes: Beas y Calañas. Y esos dos recintos santificados también han sido venerados históricamente por los vecinos de Valverde del Camino.
Ahora, en el mes de abril de 2012, los habitantes de los tres pueblos antes mencionados, especialmente los de Beas, donde está ubicada la hermandad canónica que vela por los cultos en honor de Santa María de España, han celebrado el trescientos aniversario de la primera venida de la imagen de su titular hasta la parroquia de San Bartolomé de Beas, pasando, previamente, por la de Nuestra Señora del Reposo, en Valverde. En 1712, cuando aconteció el suceso, los responsables de la parroquia beasina consideraron conveniente dejar testimonio del hecho, y gracias a ello hoy lo conocemos. Hicieron saber a las autoridades civiles de Beas la importancia de reflejar por escrito la venida de la Virgen para perpetuar su recuerdo entre los vecinos del lugar. Los alcaldes pedáneos y regidores del concejo municipal de Beas aceptaron la propuesta de los clérigos y decretaron, mediante edicto, que se dejase constancia escrita de este hecho en los documentos municipales. El responsable de la narración sería el escribano público del pueblo, Cristóbal Rodríguez. A él se le encomendó que lo narrase con "especificación de todas las circunstancias que se apreciaren convenientes". Aquellos documentos se conservan en el Archivo Municipal de Beas, existiendo un traslado de los mismos en la Biblioteca Nacional de España, a donde fueron remitidos en 1785 por el sacerdote encargado de la parroquia de San Bartolomé, Juan Pablo de Heredia, en respuesta al cuestionario del geógrafo real Tomás López de Vargas Machuca, para la elaboración del proyecto inacabado del Diccionario Geográfico-Histórico de España.
Los documentos que narraron aquella venida de la Virgen dejaron constancia del carácter antiguo e histórico de su talla, así como del propio santuario. En los mismos se recogió "la tradición que de oídas… afirma que esta ermita estaba fundada mucho antes de la pérdida de España por el rey Don Rodrigo… y que este godo rey, viniendo fugitivo de Sevilla, y estando próximo a la muerte, se mandó embalsamar y depositar en un pilar de uno de lo arcos de dicha ermita". Es decir, aparece en el tenor de los escritos la conocida leyenda que vincula el santuario de Santa María de España con Don Rodrigo, rey visigodo de Hispania. El escribano público de Beas decidió incluir este relato en el tenor documental para reforzar la antigüedad de la veneración a la Virgen en estas tierras, con la advocación de Santa María de España, situándola, incluso, antes del dominio musulmán en la península Ibérica.
Los documentos recogen igualmente la vinculación del santuario de Santa María de España, ubicado en el municipio de Calañas, con el pueblo de Beas. Se indica expresamente que "la Soberana Imagen es… propia patrona y abogada de los vecinos de este dicho lugar [Beas]". Afirmando, a continuación, que a "expensas y asistencias" de los vecinos de Beas "se venera y mantiene así dicha Soberana Imagen, como su hermita". Indicando que el santuario, pese a estar en la "limitación del lugar de Calañas", y cercano a Valverde del Camino, de donde distaba una legua, fue levantado con el "patrocinio, propiedad y posesión quieta y pacífica" de los vecinos de Beas.
No tenemos datos que nos permitan conocer fehacientemente la relación existente entre Beas y la ermita de Santa María de España en los siglos inmediatamente anteriores al XVIII, pero tal vez haya que buscarla en la leyenda que narra la aparición de la imagen de la Virgen, en donde se indica que fue encontrada por dos vecinos de nuestro pueblo en el transcurso de una cacería en el siglo XIV, allá por el año 1340. Esta leyenda y la posesión efectiva del santuario por los beasinos, en los años inmediatamente posteriores a la conquista castellana, guarda, posiblemente, relación con los intentos de las autoridades municipales de Beas, de ampliar el territorio de su jurisdicción, de sus dominios, más allá de la frontera natural que representaba el río Odiel, entrando en conflicto con los otros lugares que trataban de reforzar sus potestades en estas zonas de montes, pastos y yacimientos mineros, de los que se podían obtener buenas rentas, como eran Calañas y Valverde .
La lectura de estos escritos deja entrever la existencia de estas disputas entre los municipios, al menos en el pasado. Así en el edicto que da lugar a la narración de los acontecimientos se habla de que los beasinos tenían la "propiedad y posesión quieta y pacífica" del santuario, "sin contrariedad de los lugares a que está más inmediata". Las expresiones: quieta, pacífica y sin contrariedad, sugieren la existencia, en algún momento del pasado, de esos posibles conflictos entre las autoridades y vecinos de los distintos pueblos que veneraban a las imágenes.
Sea como fuere todo lo antes indicado, lo que sí es cierto es que en estas fechas de comienzos del siglo XVIII, cuando tiene lugar el traslado de la sagrada imagen, la Virgen de España contaba con hermandad propia en Beas. Las primeras noticias que conocemos de la existencia de esa hermandad son del año 1708, cuatro años antes de la venida de la imagen al pueblo. Se sabe, igualmente, que por estos años la hermandad celebraba anualmente fiesta en honor de su titular el primer domingo del mes de septiembre. Con anterioridad a esta fecha del año 1708, prácticamente no se conoce ningún detalle documental referido al santuario de Santa María de España o la devoción de la Virgen. El único dato escrito del que tenemos constancia en fechas anteriores al siglo XVIII nos ha llegado a nosotros de unos documentos conservados en el vecino pueblo de Zalamea la Real, en concreto en el Archivo Histórico de la Hermandad de San Vicente Mártir. Allí en un Libro de Reglas, hay una referencia al año 1425, siglo XV, en el que se testimonia el préstamo de un caldero al santuario de Santa María de España para preparar las carnes con ocasión de las fiestas que se celebraban en el mismo. Por tanto, sabemos que, al menos desde el primer tercio del siglo XV, existe esta ermita rural junto al río Odiel, venerada por los habitantes de Beas
La devoción a la Virgen de España estaba muy extendida entre los habitantes de Valverde del Camino y Calañas a inicios del siglo XVIII. Era frecuente que el ermitaño encargado del santuario se desplazase hasta estos lugares para pedir limosna para el sustento de la propia capilla. Hay que indicar que en el año 1734, cuando se incendió la ermita de España, el santero, Juan Alonso Delgado, se encontraba en Valverde recaudando donativos para el culto a la Virgen, prueba de que en el pueblo había gran número de devotos. Resulta especialmente curioso en el relato de la venida de la Virgen hasta Beas un gran detalle: la imagen no llega al pueblo procedente de su ermita en Calañas, sino que lo hace desde Valverde del Camino, a cuya parroquia la habían llevado sus vecinos. A pesar de la existencia de una hermandad encargada de los cultos en honor de Santa María de España en Beas, se evidencia que la cofradía no tenía autoridad sobre la imagen de la Virgen, trasladada a Valverde por sus vecinos, que hemos de suponer contaban con la necesaria aprobación eclesiástica del párroco del lugar, debiendo, posteriormente, las autoridades eclesiásticas y civiles de Beas solicitar el traslado ante el cura de Valverde.
El traslado de la Virgen se anunció con gran solemnidad la víspera de la venida, el domingo 10 de abril de 1712, con repiques de campanas y pregones. Los vecinos de Valverde debían llevar la imagen de la Virgen de España en la noche del día 10 de abril hasta el sitio que en el relato se nombra de El Alcornoque, "término de este lugar". Hasta allí se desplazaron en la mañana del lunes 11 de abril los vecinos de Beas, acompañados por las autoridades civiles y eclesiásticas. Esperaron ordenadamente, a las personas que traían a la Virgen desde Valverde del Camino. Cuando en el horizonte se llegó "a ver la Sagrada Imagen, se dispararon las armas" como salvas o saludos de bienvenida. Del mismo modo, los mozos militares danzaron con sus espadas ante la presencia de la Virgen. La imagen de Santa María de España fue entregada por cuatros sacerdotes de la parroquia de Valverde del Camino a otros tantos de la parroquial de Beas, que se encargaron de recibirla. A partir de este momento se inició el camino de vuelta de los peregrinos hasta el pueblo. La procesión o romería llegó a la parroquia de San Bartolomé "sin haber cesado los eclesiásticos de cantar, los devotos de rezar, el alarde de disparar y la danza de danzar", entronizándose la Virgen en el templo parroquial a las cuatro de la tarde.
La estancia de Santa María de España en tierras beasinas debió dejar un buen recuerdo, fruto del cual, unos años después, en 1721, el cabildo civil de Beas tomó el acuerdo, reflejado en sus libros capitulares, de traer la imagen de la Virgen cada siete años hasta el pueblo, como se ha ido repitiendo hasta fechas recientes.
Gracias a todos estos documentos hoy, 300 años más tarde, en 2012, beasinos, valverdeños y calañeses podemos conocer y rememorar estos acontecimientos. Por ello la Hermandad de Santa María de España, en Beas, ha organizado una serie de actos. El pasado fin de semana se procedió de nuevo al traslado de la Virgen. El día 20, viernes, se llevó desde su ermita en Calañas, en Sotiel Coronada, hasta la parroquia del Reposo, en Valverde. Y el sábado 21 de abril se trasladó a la Virgen desde Valverde hasta la parroquia de San Bartolomé, en Beas. (volver a página principal)
La ermita donde se venera a la imagen de Santa María de España está situada en una pequeña vaguada junto a la orilla derecha del río Odiel, en el término municipal de Calañas, en Sotiel Coronada, frente al santuario donde recibe culto Nuestra Señora de La Coronada. En un espacio reducido, rodeado de un bello bosque de pinos, y, junto a las explotaciones mineras, se encuentran dos santuarios dedicados a la Virgen María, uno frente a otro, un caso único en nuestra provincia, que siempre ha despertado gran interés y curiosidad. Además esos dos espacios sagrados están vinculados a pueblos diferentes: Beas y Calañas. Y esos dos recintos santificados también han sido venerados históricamente por los vecinos de Valverde del Camino.
Ahora, en el mes de abril de 2012, los habitantes de los tres pueblos antes mencionados, especialmente los de Beas, donde está ubicada la hermandad canónica que vela por los cultos en honor de Santa María de España, han celebrado el trescientos aniversario de la primera venida de la imagen de su titular hasta la parroquia de San Bartolomé de Beas, pasando, previamente, por la de Nuestra Señora del Reposo, en Valverde. En 1712, cuando aconteció el suceso, los responsables de la parroquia beasina consideraron conveniente dejar testimonio del hecho, y gracias a ello hoy lo conocemos. Hicieron saber a las autoridades civiles de Beas la importancia de reflejar por escrito la venida de la Virgen para perpetuar su recuerdo entre los vecinos del lugar. Los alcaldes pedáneos y regidores del concejo municipal de Beas aceptaron la propuesta de los clérigos y decretaron, mediante edicto, que se dejase constancia escrita de este hecho en los documentos municipales. El responsable de la narración sería el escribano público del pueblo, Cristóbal Rodríguez. A él se le encomendó que lo narrase con "especificación de todas las circunstancias que se apreciaren convenientes". Aquellos documentos se conservan en el Archivo Municipal de Beas, existiendo un traslado de los mismos en la Biblioteca Nacional de España, a donde fueron remitidos en 1785 por el sacerdote encargado de la parroquia de San Bartolomé, Juan Pablo de Heredia, en respuesta al cuestionario del geógrafo real Tomás López de Vargas Machuca, para la elaboración del proyecto inacabado del Diccionario Geográfico-Histórico de España.
Los documentos que narraron aquella venida de la Virgen dejaron constancia del carácter antiguo e histórico de su talla, así como del propio santuario. En los mismos se recogió "la tradición que de oídas… afirma que esta ermita estaba fundada mucho antes de la pérdida de España por el rey Don Rodrigo… y que este godo rey, viniendo fugitivo de Sevilla, y estando próximo a la muerte, se mandó embalsamar y depositar en un pilar de uno de lo arcos de dicha ermita". Es decir, aparece en el tenor de los escritos la conocida leyenda que vincula el santuario de Santa María de España con Don Rodrigo, rey visigodo de Hispania. El escribano público de Beas decidió incluir este relato en el tenor documental para reforzar la antigüedad de la veneración a la Virgen en estas tierras, con la advocación de Santa María de España, situándola, incluso, antes del dominio musulmán en la península Ibérica.
Los documentos recogen igualmente la vinculación del santuario de Santa María de España, ubicado en el municipio de Calañas, con el pueblo de Beas. Se indica expresamente que "la Soberana Imagen es… propia patrona y abogada de los vecinos de este dicho lugar [Beas]". Afirmando, a continuación, que a "expensas y asistencias" de los vecinos de Beas "se venera y mantiene así dicha Soberana Imagen, como su hermita". Indicando que el santuario, pese a estar en la "limitación del lugar de Calañas", y cercano a Valverde del Camino, de donde distaba una legua, fue levantado con el "patrocinio, propiedad y posesión quieta y pacífica" de los vecinos de Beas.
No tenemos datos que nos permitan conocer fehacientemente la relación existente entre Beas y la ermita de Santa María de España en los siglos inmediatamente anteriores al XVIII, pero tal vez haya que buscarla en la leyenda que narra la aparición de la imagen de la Virgen, en donde se indica que fue encontrada por dos vecinos de nuestro pueblo en el transcurso de una cacería en el siglo XIV, allá por el año 1340. Esta leyenda y la posesión efectiva del santuario por los beasinos, en los años inmediatamente posteriores a la conquista castellana, guarda, posiblemente, relación con los intentos de las autoridades municipales de Beas, de ampliar el territorio de su jurisdicción, de sus dominios, más allá de la frontera natural que representaba el río Odiel, entrando en conflicto con los otros lugares que trataban de reforzar sus potestades en estas zonas de montes, pastos y yacimientos mineros, de los que se podían obtener buenas rentas, como eran Calañas y Valverde .
La lectura de estos escritos deja entrever la existencia de estas disputas entre los municipios, al menos en el pasado. Así en el edicto que da lugar a la narración de los acontecimientos se habla de que los beasinos tenían la "propiedad y posesión quieta y pacífica" del santuario, "sin contrariedad de los lugares a que está más inmediata". Las expresiones: quieta, pacífica y sin contrariedad, sugieren la existencia, en algún momento del pasado, de esos posibles conflictos entre las autoridades y vecinos de los distintos pueblos que veneraban a las imágenes.
Sea como fuere todo lo antes indicado, lo que sí es cierto es que en estas fechas de comienzos del siglo XVIII, cuando tiene lugar el traslado de la sagrada imagen, la Virgen de España contaba con hermandad propia en Beas. Las primeras noticias que conocemos de la existencia de esa hermandad son del año 1708, cuatro años antes de la venida de la imagen al pueblo. Se sabe, igualmente, que por estos años la hermandad celebraba anualmente fiesta en honor de su titular el primer domingo del mes de septiembre. Con anterioridad a esta fecha del año 1708, prácticamente no se conoce ningún detalle documental referido al santuario de Santa María de España o la devoción de la Virgen. El único dato escrito del que tenemos constancia en fechas anteriores al siglo XVIII nos ha llegado a nosotros de unos documentos conservados en el vecino pueblo de Zalamea la Real, en concreto en el Archivo Histórico de la Hermandad de San Vicente Mártir. Allí en un Libro de Reglas, hay una referencia al año 1425, siglo XV, en el que se testimonia el préstamo de un caldero al santuario de Santa María de España para preparar las carnes con ocasión de las fiestas que se celebraban en el mismo. Por tanto, sabemos que, al menos desde el primer tercio del siglo XV, existe esta ermita rural junto al río Odiel, venerada por los habitantes de Beas
La devoción a la Virgen de España estaba muy extendida entre los habitantes de Valverde del Camino y Calañas a inicios del siglo XVIII. Era frecuente que el ermitaño encargado del santuario se desplazase hasta estos lugares para pedir limosna para el sustento de la propia capilla. Hay que indicar que en el año 1734, cuando se incendió la ermita de España, el santero, Juan Alonso Delgado, se encontraba en Valverde recaudando donativos para el culto a la Virgen, prueba de que en el pueblo había gran número de devotos. Resulta especialmente curioso en el relato de la venida de la Virgen hasta Beas un gran detalle: la imagen no llega al pueblo procedente de su ermita en Calañas, sino que lo hace desde Valverde del Camino, a cuya parroquia la habían llevado sus vecinos. A pesar de la existencia de una hermandad encargada de los cultos en honor de Santa María de España en Beas, se evidencia que la cofradía no tenía autoridad sobre la imagen de la Virgen, trasladada a Valverde por sus vecinos, que hemos de suponer contaban con la necesaria aprobación eclesiástica del párroco del lugar, debiendo, posteriormente, las autoridades eclesiásticas y civiles de Beas solicitar el traslado ante el cura de Valverde.
El traslado de la Virgen se anunció con gran solemnidad la víspera de la venida, el domingo 10 de abril de 1712, con repiques de campanas y pregones. Los vecinos de Valverde debían llevar la imagen de la Virgen de España en la noche del día 10 de abril hasta el sitio que en el relato se nombra de El Alcornoque, "término de este lugar". Hasta allí se desplazaron en la mañana del lunes 11 de abril los vecinos de Beas, acompañados por las autoridades civiles y eclesiásticas. Esperaron ordenadamente, a las personas que traían a la Virgen desde Valverde del Camino. Cuando en el horizonte se llegó "a ver la Sagrada Imagen, se dispararon las armas" como salvas o saludos de bienvenida. Del mismo modo, los mozos militares danzaron con sus espadas ante la presencia de la Virgen. La imagen de Santa María de España fue entregada por cuatros sacerdotes de la parroquia de Valverde del Camino a otros tantos de la parroquial de Beas, que se encargaron de recibirla. A partir de este momento se inició el camino de vuelta de los peregrinos hasta el pueblo. La procesión o romería llegó a la parroquia de San Bartolomé "sin haber cesado los eclesiásticos de cantar, los devotos de rezar, el alarde de disparar y la danza de danzar", entronizándose la Virgen en el templo parroquial a las cuatro de la tarde.
La estancia de Santa María de España en tierras beasinas debió dejar un buen recuerdo, fruto del cual, unos años después, en 1721, el cabildo civil de Beas tomó el acuerdo, reflejado en sus libros capitulares, de traer la imagen de la Virgen cada siete años hasta el pueblo, como se ha ido repitiendo hasta fechas recientes.
Gracias a todos estos documentos hoy, 300 años más tarde, en 2012, beasinos, valverdeños y calañeses podemos conocer y rememorar estos acontecimientos. Por ello la Hermandad de Santa María de España, en Beas, ha organizado una serie de actos. El pasado fin de semana se procedió de nuevo al traslado de la Virgen. El día 20, viernes, se llevó desde su ermita en Calañas, en Sotiel Coronada, hasta la parroquia del Reposo, en Valverde. Y el sábado 21 de abril se trasladó a la Virgen desde Valverde hasta la parroquia de San Bartolomé, en Beas. (volver a página principal)
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