Antonio Infante en Méjico
La pluma de Jesús Copeiro nos vuelve a dejar otro bonito relato de un paisano, nieto del conocido impresor valverdeño Aniceto Perea, que actualmente vive en Ciudad Guzmán, Antonio Infante Perea
Es Valverde (es noticia).- Antonio finaliza su relato dando recuerdos a su familia y afirmando que echa de menos nuestro pueblo y que siente muy orgulloso de ser valverdeño. (leer más)
Valverdeños en Méjico Antonio Infante Perea
por Jesús Ramírez Copeiro del Villar
Nació en Valverde el 10 de abril de 1973, pero a los pocos años le llevaron a Sanlúcar la Mayor, donde sus padres, los valverdeños Antonio Infante Tocino y Margarita Perea Cejudo, ejercían de maestros. Allí estudió, pero las vacaciones las pasaba siempre en Valverde. Es nieto de Aniceto Perea. Me gradué en ingeniería técnica agrícola en la Universidad de Sevilla -afirma Antonio Infante- empecé a trabajar en cultivo de fresas en Almonte y en otras localidades de la provincia de Huelva.
En Méjico
Conseguí un contrato para producir fresas en la localidad de Atlixco, estado de Puebla y llegué a Méjico el 15 de marzo de 2008. Viví en ese lugar año y medio, y los primeros meses me sirvieron para conocer la idiosincrasia del mejicano (algo importante para poder desarrollar proyectos en este país). Al llegar me impresionó la calidez de la gente; a los mejicanos les gusta pasear por las plazas de los pueblos, como antiguamente en España. La mayoría de la población mejicana es mestiza, pero con apellidos españoles.
Encontré en las ciudades muchos centros históricos coloniales, que recuerdan a la España de hace años. También me impresionó la diferencia social, puedes pasar del mercado más humilde al centro comercial más lujoso. La vida es más barata que en España, la gasolina vale la mitad, la ropa un 80% de lo que vale en España y la leche, huevos, pan… son algo más baratos. Respecto al cambio de moneda, 1 euro equivale a 17 pesos mejicanos.
Ciudad Guzmán
Tras la experiencia vivida en Puebla tuve la oportunidad de trabajar para Driscolls en Ciudad Guzmán, estado de Jalisco. Se trata de una empresa norteamericana, la mayor comercializadora de frutos del bosque a nivel mundial. Aquí estoy como director de los viveros en Méjico, lo que me obliga a viajar a menudo por diferentes zonas del país. Y me siento muy integrado, mis compañeros me tratan como a uno más. Ciudad Guzmán posee un centro histórico colonial, con cuatro iglesias, la gente aquí es bastante religiosa. Es una ciudad muy segura y con una vida comercial muy activa, ya que es el núcleo urbano más grande y con más comercios de la zona.
El clima es templado durante todo el año, mínimas de 7º C y máximas de 28º C. Esto es por estar en una zona subtropical y a una altura de 1.600 m sobre el nivel del mar, lo que hace que el clima sea fresco. En Ciudad Guzmán sólo hay viviendo dos familias españolas. Mi esposa Aurelia Spulber es rumana, nació en Constanta, junto al mar Negro y cuida de nuestros hijos, Antonio y María, de 7 y 5 años de edad. Mis hijos van al Cambridge School, un colegio bilingüe donde la mayoría de los alumnos son mejicanos; las escuelas públicas son muy humildes. Los españoles son bien acogidos en Méjico, no hay tirantez. Tenemos amigos mejicanos, pero también salimos con españoles.
Comida
Méjico es un país muy diverso, tanto en costumbres (la gente del norte es muy abierta y alegre, la gente del sur es más reservada), como en paisajes (el norte seco y el centro-sur muy verde. Las comidas son también diferentes. Encuentras infinidad de salsas, muchas de ellas “peligrosas” ya que tras degustarlas te puede arder la boca. Usan diferentes tipos de chiles (guindillas o pimientos), algunos tremendamente picantes, aunque la capacidad de aguante de los mejicanos es increíble.
En el centro de Méjico hay muchos sitios pintorescos donde se pueden tomar comidas deliciosas, como los escamoles (huevos de hormiga), que es el caviar mejicano; o los chiles en nogada (un chile relleno de carne o frutas, cubierto con una salsa de nueces), muy popular en el estado de Puebla. Pero la comida más habitual entre los mejicanos, el plato típico, sin duda, son los tacos, tacos de pollo o de carne con una salsa picante y que llevan como base una “tortilla” de harina de maíz. Los tacos en México son como los sandwiches en otros países. Los mejicanos beben tequila y mucha cerveza, también toman lo que ellos llaman aguas de frutas, es decir, aguas azucaradas con sabor a diferentes frutas.
Playas
Los fines de semana vamos al cine, a la playa o sencillamente descansamos. Vivimos a dos horas de la playa de Manzanillo, en el Pacifico, aquí el clima permite bañarte durante todo el año. Resulta divertido festejar el fin de año con un baño en el mar. Las playas son de arena blanca y suelen estar pobladas de palmeras. En el Pacífico el agua es fría y en el Caribe cálida.
Idioma
El idioma mejicano no difiere mucho del nuestro, pero muchas palabras tienen un significado diferente que en España. Cuando llegas te encuentras con palabras que no se usan en nuestro país, como nopal (higo chumbo), elote (maíz), durazno (melocotón) y otras con diferente uso como por ejemplo apañado, que aquí se entiende por amigo de lo ajeno. Hay que tener cuidado con el lenguaje, coger es una palabra mal vista, hay que decir agarrar. No se puede usar culo, mejor decir nalgas. Esto ocasiona a veces problemas de comunicación, pero es algo que vas aprendiendo con el día a día y al poco de estar aquí, deja de pasar.
Cuando llegué todos decían que era demasiado directo, los mejicanos suelen ser más diplomáticos en su manera de hablar. Fue curioso trabajar en el estado de Michoacán con comunidades indígenas que no hablan español, sino purépecha, una lengua prehispánica de la que es imposible entender una sola palabra. Estas personas visten los trajes tradicionales de sus comunidades, lo que da un toque pintoresco a sus pueblos.
Méjico recomendable
La vida en Méjico es más tranquila de lo que aparece en los noticiarios. Los problemas de seguridad existen, pero Méjico es un país muy grande y hay zonas tranquilas y seguras, no todo el país tiene los problemas que se ven en las noticias. Recomiendo visitar las pirámides mayas de Teotihuacan a 40 km al norte de la capital mejicana y la zona arqueológica de Uxmal y de Chichén Itzá, en la península de Yucatán, donde existen playas increíblemente bonitas.
En otros pueblos como Taxco, en el estado de Guerrero, hay hermosas artesanías en plata. En Méjico se pueden encontrar muchas cosas familiares. Si visitáis Méjico os recomiendo visitar Guadalajara (centro histórico), Ciudad de Méjico (la capital) y la Riviera Maya (ver sus pirámides y bucear por los arrecifes de coral).
En el sector agrícola hay muchos españoles trabajando, principalmente técnicos almerienses dedicados al tomate y al pimiento. Con alguno de ellos coincido de vez en cuando para tomar tapas en algún restaurante español como el de Pepe, un gaditano que regenta “La santa sed” en Santiago de Querétaro, el mejor restaurante español de los que conozco en Méjico. Estas comidas, junto a los embutidos de La Coca, que me mandan mis padres y las habas enzapatá, que prepara mi mujer, alivian la añoranza de España. Desconozco el tiempo que estaré en Méjico, pero cada vez que puedo viajo a Valverde para ver a la familia. Del pueblo tengo muy buenos recuerdos, me siento valverdeño. Abrazos para todos.
(volver a página principal)
por Jesús Ramírez Copeiro del Villar
Nació en Valverde el 10 de abril de 1973, pero a los pocos años le llevaron a Sanlúcar la Mayor, donde sus padres, los valverdeños Antonio Infante Tocino y Margarita Perea Cejudo, ejercían de maestros. Allí estudió, pero las vacaciones las pasaba siempre en Valverde. Es nieto de Aniceto Perea. Me gradué en ingeniería técnica agrícola en la Universidad de Sevilla -afirma Antonio Infante- empecé a trabajar en cultivo de fresas en Almonte y en otras localidades de la provincia de Huelva.
En Méjico
Conseguí un contrato para producir fresas en la localidad de Atlixco, estado de Puebla y llegué a Méjico el 15 de marzo de 2008. Viví en ese lugar año y medio, y los primeros meses me sirvieron para conocer la idiosincrasia del mejicano (algo importante para poder desarrollar proyectos en este país). Al llegar me impresionó la calidez de la gente; a los mejicanos les gusta pasear por las plazas de los pueblos, como antiguamente en España. La mayoría de la población mejicana es mestiza, pero con apellidos españoles.
Encontré en las ciudades muchos centros históricos coloniales, que recuerdan a la España de hace años. También me impresionó la diferencia social, puedes pasar del mercado más humilde al centro comercial más lujoso. La vida es más barata que en España, la gasolina vale la mitad, la ropa un 80% de lo que vale en España y la leche, huevos, pan… son algo más baratos. Respecto al cambio de moneda, 1 euro equivale a 17 pesos mejicanos.
Ciudad Guzmán
Tras la experiencia vivida en Puebla tuve la oportunidad de trabajar para Driscolls en Ciudad Guzmán, estado de Jalisco. Se trata de una empresa norteamericana, la mayor comercializadora de frutos del bosque a nivel mundial. Aquí estoy como director de los viveros en Méjico, lo que me obliga a viajar a menudo por diferentes zonas del país. Y me siento muy integrado, mis compañeros me tratan como a uno más. Ciudad Guzmán posee un centro histórico colonial, con cuatro iglesias, la gente aquí es bastante religiosa. Es una ciudad muy segura y con una vida comercial muy activa, ya que es el núcleo urbano más grande y con más comercios de la zona.
El clima es templado durante todo el año, mínimas de 7º C y máximas de 28º C. Esto es por estar en una zona subtropical y a una altura de 1.600 m sobre el nivel del mar, lo que hace que el clima sea fresco. En Ciudad Guzmán sólo hay viviendo dos familias españolas. Mi esposa Aurelia Spulber es rumana, nació en Constanta, junto al mar Negro y cuida de nuestros hijos, Antonio y María, de 7 y 5 años de edad. Mis hijos van al Cambridge School, un colegio bilingüe donde la mayoría de los alumnos son mejicanos; las escuelas públicas son muy humildes. Los españoles son bien acogidos en Méjico, no hay tirantez. Tenemos amigos mejicanos, pero también salimos con españoles.
Comida
Méjico es un país muy diverso, tanto en costumbres (la gente del norte es muy abierta y alegre, la gente del sur es más reservada), como en paisajes (el norte seco y el centro-sur muy verde. Las comidas son también diferentes. Encuentras infinidad de salsas, muchas de ellas “peligrosas” ya que tras degustarlas te puede arder la boca. Usan diferentes tipos de chiles (guindillas o pimientos), algunos tremendamente picantes, aunque la capacidad de aguante de los mejicanos es increíble.
En el centro de Méjico hay muchos sitios pintorescos donde se pueden tomar comidas deliciosas, como los escamoles (huevos de hormiga), que es el caviar mejicano; o los chiles en nogada (un chile relleno de carne o frutas, cubierto con una salsa de nueces), muy popular en el estado de Puebla. Pero la comida más habitual entre los mejicanos, el plato típico, sin duda, son los tacos, tacos de pollo o de carne con una salsa picante y que llevan como base una “tortilla” de harina de maíz. Los tacos en México son como los sandwiches en otros países. Los mejicanos beben tequila y mucha cerveza, también toman lo que ellos llaman aguas de frutas, es decir, aguas azucaradas con sabor a diferentes frutas.
Playas
Los fines de semana vamos al cine, a la playa o sencillamente descansamos. Vivimos a dos horas de la playa de Manzanillo, en el Pacifico, aquí el clima permite bañarte durante todo el año. Resulta divertido festejar el fin de año con un baño en el mar. Las playas son de arena blanca y suelen estar pobladas de palmeras. En el Pacífico el agua es fría y en el Caribe cálida.
Idioma
El idioma mejicano no difiere mucho del nuestro, pero muchas palabras tienen un significado diferente que en España. Cuando llegas te encuentras con palabras que no se usan en nuestro país, como nopal (higo chumbo), elote (maíz), durazno (melocotón) y otras con diferente uso como por ejemplo apañado, que aquí se entiende por amigo de lo ajeno. Hay que tener cuidado con el lenguaje, coger es una palabra mal vista, hay que decir agarrar. No se puede usar culo, mejor decir nalgas. Esto ocasiona a veces problemas de comunicación, pero es algo que vas aprendiendo con el día a día y al poco de estar aquí, deja de pasar.
Cuando llegué todos decían que era demasiado directo, los mejicanos suelen ser más diplomáticos en su manera de hablar. Fue curioso trabajar en el estado de Michoacán con comunidades indígenas que no hablan español, sino purépecha, una lengua prehispánica de la que es imposible entender una sola palabra. Estas personas visten los trajes tradicionales de sus comunidades, lo que da un toque pintoresco a sus pueblos.
Méjico recomendable
La vida en Méjico es más tranquila de lo que aparece en los noticiarios. Los problemas de seguridad existen, pero Méjico es un país muy grande y hay zonas tranquilas y seguras, no todo el país tiene los problemas que se ven en las noticias. Recomiendo visitar las pirámides mayas de Teotihuacan a 40 km al norte de la capital mejicana y la zona arqueológica de Uxmal y de Chichén Itzá, en la península de Yucatán, donde existen playas increíblemente bonitas.
En otros pueblos como Taxco, en el estado de Guerrero, hay hermosas artesanías en plata. En Méjico se pueden encontrar muchas cosas familiares. Si visitáis Méjico os recomiendo visitar Guadalajara (centro histórico), Ciudad de Méjico (la capital) y la Riviera Maya (ver sus pirámides y bucear por los arrecifes de coral).
En el sector agrícola hay muchos españoles trabajando, principalmente técnicos almerienses dedicados al tomate y al pimiento. Con alguno de ellos coincido de vez en cuando para tomar tapas en algún restaurante español como el de Pepe, un gaditano que regenta “La santa sed” en Santiago de Querétaro, el mejor restaurante español de los que conozco en Méjico. Estas comidas, junto a los embutidos de La Coca, que me mandan mis padres y las habas enzapatá, que prepara mi mujer, alivian la añoranza de España. Desconozco el tiempo que estaré en Méjico, pero cada vez que puedo viajo a Valverde para ver a la familia. Del pueblo tengo muy buenos recuerdos, me siento valverdeño. Abrazos para todos.
(volver a página principal)
BAYA PAJARO O ES PEZ.
ResponderEliminarahora caigo perfectamente,este muchacho es sobrino de infante el de la peña madridista.buen amigo mio.saludos mostruo
ResponderEliminar