jueves, 10 de octubre de 2013

Valverdeños por el mundo. Bélgica.

Álvaro Malavé Mora

Hijo de padres valverdeños, Gregorio Malavé y María Auxiliadora Mora, trabaja en Bélgica como funcionario de la Comisión Europea. Copeiro nos lo cuenta

Es Valverde (es noticia).- Viene a España 3 veces al año y siempre paso por Valverde, aunque sea un día, para ver a la familia y a los amigos. . (leer más)


Valverdeños en Bélgica. Álvaro Malavé Mora
por Jesús Ramírez Copeiro

Aunque nacido en Madrid, el 6 de abril de 1976, es hijo de padres valverdeños, Gregorio Malavé y María Auxiliadora Mora. La casa de los abuelos paternos está en La Calleja y la de los abuelos maternos en la calle Mª Auxiliadora, junto al colegio.

En Valverde vive su abuela materna Mª Auxiliadora Villadeamigo y sus tíos Cristóbal Mora y Mª Teresa Martínez, y en Los Pinos, su tío Salvador Mora. Y sus apellidos no pueden ser más que de aquí, son inconfundibles, de rancio abolengo. Valverdeño por los cuatro costados.

En Bélgica

Era 1989, tenía yo trece años, cuando llegamos a Bélgica por el trabajo de mi padre y estuvimos residiendo en Waterloo. En 1996 mis padres y mi hermana se fueron a Casablanca y como yo había empezado ya mi primer año de carrera, decidí quedarme para acabarla y regresar luego a España. Estudié Económicas en Lovaina la Nueva, pero antes de acabar el último año me llamaron para una entrevista y me ofrecieron un puesto en el departamento de informática de la banca J.P. Morgan. Empecé a trabajar en Bruselas en 1999 y aquí sigo. En la Universidad conocí a mi novia María del Carmen Bueno que llegó de Salamanca también en 1989 por el trabajo de su padre.



En el 2007 aprobé una oposición y entré a trabajar en la Comisión Europea, en la dirección general de presupuesto; empecé como analista y ahora trabajo como jefe de proyecto en el equipo encargado del sistema informático financiero. Por mi edificio se oye hablar en las 24 lenguas oficiales de la Unión Europea y esa es una de las cosas que más me gusta de mi trabajo, el poder hablar con personas de países y culturas diferentes.

Bélgica es un país relativamente pequeño, y aunque su lema sea “la unión hace la fuerza” se encuentra dividido por el tema lingüístico en tres comunidades, pues hay tres lenguas oficiales: el neerlandés, el francés y el alemán. Además está dividido en tres regiones: Flandes, Valonia y Bruselas-Capital. La única oficialmente bilingüe es la capital, Bruselas. Hay bastantes tensiones entre los grupos políticos de una comunidad y otra, incluso llegan a hablar de separación, aunque luego en la calle no se note tanto. El clima belga es también muy particular y se suele decir que se pueden dar las cuatro estaciones en un mismo día. Por lo que no es de extrañar encontrarte en la calle a alguien en manga corta y a su lado otro con abrigo y un paraguas listo para ser abierto. Con el buen tiempo la ciudad se transforma, la gente llena las calles, las terrazas de los cafés y los restaurantes.



Un chiste inglés consiste en decirle a alguien “te apuesto lo que quieras a que no eres capaz de nombrar a cinco belgas famosos” y la verdad es que no es fácil, aunque pensándolo bien haberlos haylos y algunos muy sorprendentes. En deportes es fácil: en ciclismo tenemos a Eddy Merckx, el caníbal, y en tenis a las dos ex número uno Justine Hénin y Kim Clijsters.

Como pintores famosos están Magritte o Rubens, y como escritores podemos nombrar a Simenon (el creador del detective Maigret) e incluso Julio Cortázar que nació en Bruselas, al igual que la actriz Audrey Hepburn. Ah, y hablando de actores no me podía olvidar de Jean-Claude Van Damme, claro. Bélgica tiene también una gran pasión por el comic, teniendo como personajes más famosos a los pitufos (cuyo nombre original es Schtroumpfs) y a Tintín.

Bruselas

Es una ciudad muy volcada con la cultura. Cuenta con más de cien museos, además de numerosos teatros y salas de espectáculos. Cada año se organizan festivales de música, bien de jazz, de rock o de música clásica, también hay un Festival Internacional de Cine Fantástico de renombre mundial. La plaza central es la Grand Place, flanqueada por edificios de piedra de estilo neogótico, como el Ayuntamiento, la Casa del Pan o las de los distintos gremios. Por cierto, en una de ellas estuvo alojado el escritor francés Víctor Hugo cuando tuvo que huir de Francia bajo Napoleón III. La plaza es Patrimonio de la Humanidad desde 1998. Otra atracción es el Manneken Pis, una figura de bronce que representa a un niño desnudo orinando. La leyenda cuenta que en una batalla, allá por el año 1142, las tropas enemigas quisieron volar las murallas de la ciudad con pólvora de cañón y que un niño que los estaba espiando apagó la mecha orinando encima.

Gastronomía

La comida belga es un tanto particular y lo que más llama la atención es un plato que aún hoy no deja de sorprenderme, como son las patatas fritas con mejillones. La verdad es que las patatas fritas están muy presentes en la gastronomía belga (el truco que tienen es que las fríen dos veces) y no es raro ver a gente haciendo cola para comprar un cartucho de patatas en la calle o comerse una mitraillette, que es un bocadillo relleno de hamburguesa, salchicha u otro tipo de carne, un poco de lechuga y por supuesto patatas fritas con alguna salsa a elegir, entre las decenas de ellas que existen. La más famosa por cierto es la salsa andaluza, aunque hasta hoy nadie me ha sabido explicar el origen de ese nombre.



Y no puedo hablar de Bélgica sin hablar de sus cervezas. Hay más de 600 tipos de cerveza, entre las cuales están seis de las nueve cervezas trapenses que existen en el mundo. Una de ellas, la Westvleteren 12, ha sido elegida mejor cerveza del mundo y sólo se puede conseguir en el monasterio que la elabora, después de haber hecho el pedido por teléfono y de haber dado la matrícula del coche en el que se irá a buscar las cervezas. ¡Toda una odisea! Cada una de ellas tiene su vaso de degustación propio y al igual que los vinos, una temperatura ideal para beberlas. Una buena cerveza es la Waterloo, oscura y densa, con mucho cuerpo. Dicen que las tropas aliadas bebieron esta cerveza y así tuvieron fuerzas para vencer a Napoleón en la batalla de Waterloo. Por cierto, lo más parecido a una tapa es el llamado “plato mixto” compuesto de queso y algún tipo de salchichón que se suele tomar con mostaza o con sal de apio, como se puede ver en la foto.

Fines de semana

Los fines de semana suelo jugar al tenis con algún amigo o quedar en alguna terraza para tomar algo. De vez en cuando aprovecho también para viajar. En Bélgica hay ciudades realmente bonitas por visitar, como Brujas o Gante y gracias a la situación del país se puede pasar un fin de semana en Alemania, Francia o Inglaterra. Y aunque la liga de fútbol belga no sea tan espectacular como la española también hay buen ambiente en los estadios y se pueden ver buenos partidos los fines de semana. El equipo que sigo ahora mismo es el Gante, o el “Spanish Gent” como lo llaman desde hace unos años ya que hay cuatro jugadores españoles jugando allí a las órdenes de Víctor Fernández.



Los amigos que tengo son belgas y españoles claro. Los belgas son más reservados en el primer contacto, cuesta más acercarse a ellos y la vida aquí se hace mucho de puertas para adentro. En Bruselas hay muchos españoles, en el barrio de Saint-Gilles se asentaron los que vinieron en los años sesenta y hay bastantes bares donde se puede comer un buen cocido o un guiso de arroz o charlar de los partidos de la Liga tomándote una cerveza o un vino. Es verdad que antes se oía hablar español muy a menudo, y no solo a turistas. Ahora oyes hablar tantas cosas que parece que se oiga menos español, pero supongo que es por el contraste. Por ejemplo en Ixelles, la comuna de Bruselas donde vivimos nosotros, somos 82.000 habitantes y hay nada menos que 150 nacionalidades.

Voy a España dos o tres veces al año y por muchos años que lleve aquí a cada vuelta me pasa lo mismo, me cuesta regresar, acostumbrarme al clima y sobre todo a los horarios de las comidas. Eso sí, siempre paso por Valverde, aunque sea un día, para ver a la familia y a los amigos. Un fuerte abrazo para todos.

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1 comentario :

  1. Estoy preocupado ya que siendo amigo de Salvador Mora Villadeamigo, desde hace casi 2 años no me contesta ni al teléfono ni al correo. José Martín Roldán. Josemartin_roldan@hotmail.com

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