La Habanera y Valverde
Rescatamos un texto de Tomás López del por qué la habanera en Valverde, ahora que estos días se celebra en el teatro el certamen de habaneras
La habanera y Valverde del Camino
Por Tomás López López
La habanera es un género musical originario de Cuba, de compás binario, tiempo moderado y ritmo sincopado, como si semejara el balanceo de un barco.
Su origen musical es muy discutido y existen diversas hipótesis. Sobre su origen histórico sí se puede asegurar que se sitúa en la Habana, donde a lo largo del siglo XIX la música autóctona se enriquece con los ritmos de las diversas etnias que allí confluyen. Culturas de procedencia africana, hispana y sudamericana se fusionan y mezclan con la originaria de la isla, decantándose un producto musical nuevo, de corte meloso y romántico, que inspira en el alma situaciones idílicas.
En la Habana nací yo
debajo de una palmera,
allí me echaron el agua
me pusieron habanera.
La presencia española en Cuba propició su expansión por distintas zonas de nuestra geografía. La numerosa colonia de españoles en la isla, al volver, siente una desgarradora nostalgia; sueños y añoranzas de lugares, momentos y personas, que ellos sintetizaban en la habanera: una copla dulzona, con sabor a caña de azúcar, hecha para ser cantada entre amigos. Así llegó a distintos lugares de España, se aclimató y empezó a formar parte de su folklore. Entre ellos, Valverde del Camino.
Estas lindas canciones
dicen que fueron la tradición
que nos legaron nuestros mayores
para cantarlas en reunión.
Pero la habanera que hoy conocemos es fruto, sobre todo, de autores no cubanos que desarrollaron el estilo. Aunque hay investigadores que, rebuscando, se remontan hasta el siglo XIII para equiparar la cantiga 29 de Alfonso X el Sabio a una habanera, la mayor parte de los estudiosos del género coinciden en reconocer en La Paloma, -que el vasco Sebastián Iradier y Salaverri estrenó en la Habana en 1855-, como el primer tema que se identifica plenamente con el género musical, tal como hay lo entendemos.
Cuando salí de la Habana, válgame Dios
nadie me vio salir si no fui yo.
Una linda guachinanga que sí me vio
se vino tras de mí, que sí señor. (…)
A partir de La Paloma, la habanera se propagó por España y Europa, interpretándose en ambientes de la alta sociedad y en los intermedios de las funciones de los teatros de las principales capitales europeas. Iradier era habitual en estos actos y sus canciones, -sobre todo habaneras-, alcanzaron gran popularidad por toda Europa y América. A medida que avanzaba el siglo XIX, el género musical se consolidó y varios autores franceses y españoles de renombre, -entre los que destaca Ravel, Debussy o Albéniz-, componen habaneras, alcanzando con ellas grandes éxitos.
Los primeros años del siglo XX se consideran la época de oro de la habanera. Luego, ya en los veinte y treinta, el género entra en decadencia, dejando paso a otras modalidades como el bolero y el tango, que la relegaron al olvido. Tras un letargo de casi medio siglo, en España reaparece en los años cincuenta como una pieza folklórica, arraigada en diversos lugares de nuestra geografía. Solo echó raíces donde la tradición del pueblo llano las retuvo: es el caso de Valverde del Camino.
En Valverde siempre fue un género popular. En las personas mayores perdura el recuerdo de aquellos personajes que estuvieron en Cuba y que cantaban hermosas coplas. Unas las aprendieron allí, las trajeron y las legaron, -a través de la tradición oral, en fiestas familiares y reuniones de amigos-, y los Hijos de Facanías las incorporaron a su repertorio.
Ángel del cielo cubano
vente a mi lado a gozar
perlas que arrullan las olas (bis)
conchas que guarda la mar. (…)
Otras, fruto del ingenio valverdeño, fueron creadas aquí:
Valverde con un pie sobre la sierra,
abre en el liso llano su esperanza,
y alfajores de miel su luz alcanza,
en cobre martillado de su tierra.(…)
Valverde retuvo y acunó la habanera cuando el género vagaba en el olvido. Prueba de ello es el Cancionero de Valverde del Camino, de Luis Arroyo Valero, una joya folklórica que en los años cincuenta recogió la letra y música de sesenta y cinco habaneras; un patrimonio común de todos los Hijos de Facanías. Quizá fue este elemento el que fijó el género a Valverde. Luego, el impulso definitivo vendría de la mano de Diego Romero Álvarez y la Real Agrupación Artística de Valverde del Camino.
Antes de que tus ojos vieran la luz
de Valverde sus tradiciones yo conocí,
y en horas inolvidables yo las viví,
quiero, hijo, que en mi alborada,
cual joya preciada,
a mi partida las cantes tú. (…)
Hoy la habanera resplandece en algunas zonas de Canarias, Asturias, Cataluña, País Vasco y valenciano y, por supuesto, en Valverde del Camino, donde, desde 2006, se celebra el “Encuentro de Habaneras Diego Romero Álvarez”, que este año cumple su VII edición.
Un importante esfuerzo el que viene realizando el Excmo. Ayuntamiento de Valverde del Camino para recuperar y difundir las habaneras. La Real Agrupación Artística, el Coro Evocación, el Coro Aroma de pinares, el Grupo de Pulso y Púa del Centro de Mayores y, sobre todo, las agrupaciones escolares que se crean cada año en colegios e institutos para participar en este encuentro, son una garantía para conservar este patrimonio “que nos legaron nuestros mayores”.
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Por Tomás López López
La habanera es un género musical originario de Cuba, de compás binario, tiempo moderado y ritmo sincopado, como si semejara el balanceo de un barco.
Su origen musical es muy discutido y existen diversas hipótesis. Sobre su origen histórico sí se puede asegurar que se sitúa en la Habana, donde a lo largo del siglo XIX la música autóctona se enriquece con los ritmos de las diversas etnias que allí confluyen. Culturas de procedencia africana, hispana y sudamericana se fusionan y mezclan con la originaria de la isla, decantándose un producto musical nuevo, de corte meloso y romántico, que inspira en el alma situaciones idílicas.
En la Habana nací yo
debajo de una palmera,
allí me echaron el agua
me pusieron habanera.
La presencia española en Cuba propició su expansión por distintas zonas de nuestra geografía. La numerosa colonia de españoles en la isla, al volver, siente una desgarradora nostalgia; sueños y añoranzas de lugares, momentos y personas, que ellos sintetizaban en la habanera: una copla dulzona, con sabor a caña de azúcar, hecha para ser cantada entre amigos. Así llegó a distintos lugares de España, se aclimató y empezó a formar parte de su folklore. Entre ellos, Valverde del Camino.
Estas lindas canciones
dicen que fueron la tradición
que nos legaron nuestros mayores
para cantarlas en reunión.
Pero la habanera que hoy conocemos es fruto, sobre todo, de autores no cubanos que desarrollaron el estilo. Aunque hay investigadores que, rebuscando, se remontan hasta el siglo XIII para equiparar la cantiga 29 de Alfonso X el Sabio a una habanera, la mayor parte de los estudiosos del género coinciden en reconocer en La Paloma, -que el vasco Sebastián Iradier y Salaverri estrenó en la Habana en 1855-, como el primer tema que se identifica plenamente con el género musical, tal como hay lo entendemos.
Cuando salí de la Habana, válgame Dios
nadie me vio salir si no fui yo.
Una linda guachinanga que sí me vio
se vino tras de mí, que sí señor. (…)
A partir de La Paloma, la habanera se propagó por España y Europa, interpretándose en ambientes de la alta sociedad y en los intermedios de las funciones de los teatros de las principales capitales europeas. Iradier era habitual en estos actos y sus canciones, -sobre todo habaneras-, alcanzaron gran popularidad por toda Europa y América. A medida que avanzaba el siglo XIX, el género musical se consolidó y varios autores franceses y españoles de renombre, -entre los que destaca Ravel, Debussy o Albéniz-, componen habaneras, alcanzando con ellas grandes éxitos.
Los primeros años del siglo XX se consideran la época de oro de la habanera. Luego, ya en los veinte y treinta, el género entra en decadencia, dejando paso a otras modalidades como el bolero y el tango, que la relegaron al olvido. Tras un letargo de casi medio siglo, en España reaparece en los años cincuenta como una pieza folklórica, arraigada en diversos lugares de nuestra geografía. Solo echó raíces donde la tradición del pueblo llano las retuvo: es el caso de Valverde del Camino.
En Valverde siempre fue un género popular. En las personas mayores perdura el recuerdo de aquellos personajes que estuvieron en Cuba y que cantaban hermosas coplas. Unas las aprendieron allí, las trajeron y las legaron, -a través de la tradición oral, en fiestas familiares y reuniones de amigos-, y los Hijos de Facanías las incorporaron a su repertorio.
Ángel del cielo cubano
vente a mi lado a gozar
perlas que arrullan las olas (bis)
conchas que guarda la mar. (…)
Otras, fruto del ingenio valverdeño, fueron creadas aquí:
Valverde con un pie sobre la sierra,
abre en el liso llano su esperanza,
y alfajores de miel su luz alcanza,
en cobre martillado de su tierra.(…)
Valverde retuvo y acunó la habanera cuando el género vagaba en el olvido. Prueba de ello es el Cancionero de Valverde del Camino, de Luis Arroyo Valero, una joya folklórica que en los años cincuenta recogió la letra y música de sesenta y cinco habaneras; un patrimonio común de todos los Hijos de Facanías. Quizá fue este elemento el que fijó el género a Valverde. Luego, el impulso definitivo vendría de la mano de Diego Romero Álvarez y la Real Agrupación Artística de Valverde del Camino.
Antes de que tus ojos vieran la luz
de Valverde sus tradiciones yo conocí,
y en horas inolvidables yo las viví,
quiero, hijo, que en mi alborada,
cual joya preciada,
a mi partida las cantes tú. (…)
Hoy la habanera resplandece en algunas zonas de Canarias, Asturias, Cataluña, País Vasco y valenciano y, por supuesto, en Valverde del Camino, donde, desde 2006, se celebra el “Encuentro de Habaneras Diego Romero Álvarez”, que este año cumple su VII edición.
Un importante esfuerzo el que viene realizando el Excmo. Ayuntamiento de Valverde del Camino para recuperar y difundir las habaneras. La Real Agrupación Artística, el Coro Evocación, el Coro Aroma de pinares, el Grupo de Pulso y Púa del Centro de Mayores y, sobre todo, las agrupaciones escolares que se crean cada año en colegios e institutos para participar en este encuentro, son una garantía para conservar este patrimonio “que nos legaron nuestros mayores”.
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La habanera es,con todos mis respesto, un anacronismo.Una tortura china.Un canto de ida y vuelta que tarda en llegar una vida y en regresar otras dos.
ResponderEliminarme encata las habaneras,y disfruto cuando en esos dias dereunion de amigos que casi siempre se empiesa con las sevillanitas yse termina con las habaneras ¿quien no se a emosionado cantando nuestras habaneras de Valverde?
ResponderEliminarHabanera eterna, cadenciosa y nostálgica.Que gusto da una reunión donde se canten habaneras a coro y que habaneras más bonitas tenemos en Valverde.
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