martes, 22 de abril de 2014

Valverdeños por el Mundo. Alemania

Pepe Castilla Castelló

Nació el 16 de mayo de 1988, hijo de Pepe Castilla, del Registro de la Propiedad y Dori Castelló de la Heladería Guillem. "El 4 de octubre de 2012 aterrizamos en Hannover y pusimos rumbo a Braunschweig, la ciudad donde resido"

Es Valverde (es noticia).-
Valverdeños por el Mundo. Por Jesús Ramírez Copeiro

Nació el 16 de mayo de 1988 en el Hospital de Riotinto después de hacer a sus padres, Pepe Castilla (Registro de la Propiedad) y Dori Castelló (Helados Guillem), ir y volver durante quince días desde Valverde, pues desde el día 1 de mayo le estaban esperando. Estudió en el colegio María Auxiliadora, el bachillerato lo hizo en el IES Don Bosco y terminó la carrera de Biología en la Universidad de Sevilla. Su novia, Lorena, natural de Jerez de la Frontera, al acabar también Biología se matriculó en Bioquímica, con idea de salir un año con la beca Erasmus. Lo que no se esperaba -afirma Pepe Castilla- es que pudiese echar un ojo al examen de alemán de la chavala que tenía a su lado. Nada más salir me dijo: Y si me dan la beca, ¿te vienes? Le respondí que si no iba, me ponía una peluca y me hacia pasar por ella en Alemania. Así que el 4 de octubre de 2012 aterrizamos en Hannover y pusimos rumbo a Braunschweig, la ciudad donde resido.



De okupa en Braunschweig

Nada más llegar nos dimos cuenta de que la ocupación hotelera superaba lo nunca imaginado. Menos mal que teníamos una compañera de Facultad en la ciudad y nos dejo pasar el fin de semana en su habitación. El lunes, por fin, asignaron a Lorena una habitación en una residencia de estudiantes y en ella estuve de okupa durante once meses. Allí conocí a las mejores personas que pude, eran de India, Irán y como no, españoles, que aunque a los alemanes les cueste reconocerlo somos, junto a los turcos, el motor de Alemania. A los alemanes les podríamos comparar con la gasolina, sin la cual el coche no anda.

La idea era aprender alemán, mientras mi novia realizaba un año de Erasmus. Pues así son las cosas, si aprendes alemán, se te abren las puertas una tras otra. Consigo entender el alemán y me hago entender. No es para menos pues durante un año, de noviembre a noviembre, con unas pocas semanas de vacaciones, estuve asistiendo a clases intensivas durante cuatro horas, cinco días a la semana. De esa manera o lo aprendes o te vas. El problema es la pronunciación y peor todavía si eres andaluz, ya que los alemanes son capaces de diferenciar varios tipos de S. Y para mi sólo hay una. Me esfuerzo en aprenderlo y me defiendo bien, aunque es muy difícil pronunciarlo correctamente. Y eso que la gente piensa que cuando hablas en alemán parece que estás riñendo, al sonar fuerte y extraño. El estudio del alemán lo compagino trabajando en una pizzería por las tardes, repartiendo pizzas a domicilio con una moto. De esa forma puedo vivir sin la ayuda económica de mis padres. Si no fuese por las propinas no hubiese podido resistir.

Al finalizar su beca, Lorena regresó a Jerez y mientras aguarda volver, he tenido que mudarme. Actualmente vivo en una WG, que no es otra cosa que un piso compartido. A día de hoy comparto habitación con dos chavales que llegaron aquí en el 2012 y como en la residencia compartimos todo, nos consideramos como una pequeña familia. El resto de los inquilinos son tres alemanes, a los que he de agradecer bastante.

La ciudad

Braunschweig es una ciudad de tamaño medio, tiene un cuarto de millón de habitantes y se halla al sur de Hamburgo, a mitad de camino entre Colonia y Berlín, en el estado de la Baja Sajonia. Un lugar un tanto peculiar pues tras finalizar la I Guerra Mundial, Hitler consiguió aquí trabajo y se hizo fuerte. En ese tiempo se construían aquí bombas para los aviones, así como aviones y todo tipo de municiones. Pero la ciudad quedo prácticamente derruida en la II Guerra Mundial.

La ciudad es muy bonita con los canales del río Oker y muchos parques, donde se permite prácticamente de todo, desde barbacoas hasta fiestas organizadas a las que acuden miles de personas. A día de hoy la ciudad se encarga de llevar las cuentas de la fábrica Volkswagen, situada a 40 km de distancia, en la cercana Wolfsburg, construida por Hitler en el año 1938 para fundar en ella la fábrica de automóviles.

Actualmente resido en el anillo de la ciudad. La gran mayoría de las ciudades alemanas poseen un anillo exterior con dos o tres carriles que rodean el núcleo urbano. Andando estoy a quince minutos del centro y en tranvía a unos cuatro o cinco. En Alemania el transporte público funciona bien y se ahorra tiempo viajando en él. Respecto a esto hay una frase que me encanta, “un país desarrollado no es aquel donde el pobre tiene un coche, sino aquel en el que el rico usa transporte público”. Se podría decir que Alemania es un país desarrollado, que nos saca veinte años de ventaja y cincuenta años en mentalidad.



Mi adaptación a la ciudad no ha podido ser mejor. Pertenezco además a un equipo de fútbol local y si el tiempo lo permite hacemos senderismo por las montañas del Harz, un parque natural muy bonito, lleno de misterios y de magia, a 40 km al sur de donde vivo. Bosques y praderas, acantilados y riachuelos, y el sendero de las brujas. Según la leyenda, las brujas frecuentaban los pueblecitos de esta comarca y se reunían para celebrar su baile en la noche de Walpurgis, del 30 de abril al 1 de mayo. Se han escrito muchos cuentos en las laderas de esta cordillera.

Respecto a como nos miran los alemanes, ¡buf!, la cosa está complicada, pues hay mucho inculto que te desprecia si hablas en castellano por la calle o en el tren. Pero en general, los alemanes son buena gente, aunque muchos se empeñen en demostrar que no lo son. Tienen un carácter fuerte pero si les ofreces tu amistad, te responden con una amistad eterna. Son el tipo de personas que todo el mundo quisiera tener al lado.

Prácticas de biólogo

En Alemania se te abren muchas puertas. Estoy convencido de que el que quiere trabajar, lo puede hacer, siempre y cuando aprenda antes el idioma, y para hacerlo se necesita un mínimo de siete meses. El marido de mi profesora de alemán es también biólogo y gracias a él realizo prácticas, de lunes a viernes, en un importante Instituto de Agrobiología. Estoy aprendiendo nuevas técnicas y métodos que me servirán el día de mañana. Por ahora todo va bien, despacio.

Cuando mis compañeros biólogos alemanes que han visitado Andalucía se enteran de donde vengo, no paran de preguntarme por ella, de donde soy y por qué estoy en Alemania, con lo bien que se vive en el sur. Ante ello sólo puedo responder que tuve que abandonar mi tierra para encontrar aquí mejores perspectivas.



Despedida

Agradezco a todos los que me han apoyado y me han hecho llegar su afecto, a mis padres, a mi hermana. Desde aquí, a 3.000 km de distancia, aprovecho para mandar un abrazo a mis amigos y muchos besos a mis familiares. Y por último decir que el mundo es muy grande, no se sabe la cantidad de personas que puedes conocer. O se hacen las cosas cuando tienes la energía y la edad para ello o tendrás siempre el zumbido de la mosca pegado en tu oreja. Animo a los jóvenes a que emprendan su viaje y descubran lo que hay fuera.

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