Valverdeños por el Mundo. Guinea Ecuatorial

Ana Sánchez Valenciano, nos enseña Guinea Ecuatorial donde trabaja como consultora para una empresa cántabra

"Trabajo de consultora en una empresa cántabra, Tecnites Project Management, para realizar el Censo de Población, Viviendas y Agricultura, y la Encuesta de Población Activa de Guinea Ecuatorial"

Es Valverde (es noticia).-

Valverdeños por el Mundo. Guinea Ecuatorial
Por Jesús Copeiro

Nació en Sevilla el 10 de junio de 1978, aunque siempre ha vivido en Valverde. Me declaro valverdeña -confiesa Ana Sánchez- aunque lleve años fuera y ahora me encuentre aún más lejos de mi pueblo. Sus padres son Juan José Sánchez Menguiano (el mecánico de La Peñuela) y Mercedes Valenciano Salas (la costurera, natural de Bollullos par del Condado). Su padre lleva toda la vida en Valverde y su madre desde que se casaron. Estudió en el colegio Sta. Mª Magdalena y en el instituto Diego Angulo. En Sevilla hizo la diplomatura de Estadísticas.

Trabajo de consultora en una empresa cántabra, Tecnites Project Management, para realizar el Censo de Población, Viviendas y Agricultura, y la Encuesta de Población Activa de Guinea Ecuatorial. El proyecto es muy importante para el país y para mí profesionalmente, ya que será el primer censo que valide aquí Naciones Unidas, lo que supone trabajar codo con codo con todas las agencias de la ONU.



Foto 1: Ana Sánchez Valenciano en Guinea Ecuatorial, 22-3-2015

Guinea Ecuatorial

El 18 de septiembre de 2014 tomé un avión en Barajas rumbo a Guinea Ecuatorial y en menos de seis horas estaba en Malabo, su capital, situada en la parte norte de la isla de Bioko (la antigua Fernando Poo española). El país se divide en dos zonas, la región insular y la continental, en cada una de ellas hay una capital. En la zona continental la capital es Bata y en la zona insular es Malabo, ciudad que se ha convertido en mi casa desde aquel día. Guinea Ecuatorial fue colonia española hasta 1968 y conserva mucho de la cultura que dejaron los colonizadores, sobre todo la lengua. El castellano es el idioma oficial, junto con el francés y el portugués.

Desde que llegué y durante casi dos meses no paró de llover, llovía todos los días y con bastante intensidad, así que ese periodo fue bastante agobiante ya que no podía hacer nada, solo trabajar y trabajar. En la isla de Bioko hay dos estaciones, una lluviosa que va desde abril a octubre y una seca desde noviembre a marzo. La temperatura tiene poca amplitud, oscila entre 25 y 30 grados (de día, de noche y durante todo el año), temperatura que sería realmente agradable si no fuera por la humedad relativa, en torno al 90%, lo que provoca que estés sudando todo el día. Pero conforme pasaron los días la sensación mejoró, aunque no ha desaparecido por completo. Fue muy extraño, aunque agradable, pasar la Navidad en manga corta y sandalias, y descubrir un árbol de Navidad en el bar de la playa de Sipopo, mientras me bañaba en el mar.

Los guineanos

El guineano es persona muy tranquila, todo lo hace a un ritmo bastante lento para una europea. A esto cuesta acostumbrarse, de hecho creo que no me he acostumbrado. Quiero destacar algo que me parece maravilloso de este país y es la unidad familiar. Ningún miembro de una familia (por lejano que sea su parentesco) pasa necesidad, si alguno de sus miembros tiene posibilidades económicas. Los tíos se hacen cargo de los sobrinos, los abuelos de los nietos, los hermanos mayores de los pequeños. Para mí es de las mejores cosas de aquí, junto con el plátano frito. Hay también asuntos que se deberían mejorar y aunque se está haciendo un gran esfuerzo en materia de igualdad, la sociedad guineana sigue siendo bastante machista.



Foto 2: En las cascadas de Biaho, 22-3-2015

Para algunos guineanos, los españoles seguimos siendo colonizadores y existe cierto rechazo hacia nuestra presencia en algunos ámbitos. Conservan cierto recelo hacia nosotros, recelo que se disipa con el trato personal. En cambio, respecto al fútbol es todo lo contrario, todos siguen al Barcelona y al Real Madrid, es tremenda la afición, más incluso que en España.

Comida

La comida es una mezcla entre africana y española, utilizan mucho picante. Entre los platos típicos está el cebú, que es una vaca con joroba; el antílope, como una cabra pequeña salvaje (ambos están realmente ricos); el “groon beef” o rata de campo; pangolín, que es un puercoespín; la boa; y en algunas aldeas del interior del continente cocinan mono. Además de todo esto, en cualquier esquina de cualquier punto del país puedes encontrar comida senegalesa, camerunesa, china, libanesa, italiana y por supuesto española. Yo almuerzo a diario comida "española", por 4.000 francos cefas (unos 6 euros), eso sí, un solo plato, abundante y bien cocinado, con una botella de agua. El nivel de vida es alto, los precios son muy elevados y tienen bastante variabilidad. La compra semanal de comida de una familia de tres personas cuesta el doble que en España.



Foto 3: Plantación de piñas en Ebebiyin. Ana Sánchez a la izquierda, junto a una observadora de Naciones Unidas, el dueño de la plantación (82 años) y uno de los agentes censales. Foto tomada el 17-2-2015.

Turismo

Aunque hay que solicitar permiso para viajar a cualquier lugar, merece la pena hacerlo. En la isla de Bioko he visitado las cascadas de Biaho, en medio de la selva; la playa de Ureka, donde también hay una cascada que desemboca directamente en el mar; la playa de Aleñá de arena blanca (cosa rara, ya que la isla es de origen volcánico y la arena es oscura); y la playa de Sipopo, que es artificial, pero ambas son preciosas. Desde la ventana de mi salón y de mi habitación veo el Pico Basilé, cuando está despejado, y es grandioso, todavía no he podido subir, pero lo haré antes de regresar. También estuve en Ebebiyin, en la parte continental del país, junto a la frontera de Camerún.

Mi día a día

Trabajo de lunes a sábado, me levanto bastante temprano (aquí amanece a las seis) y voy a la sede del Ministerio de Economía, Planificación e Inversiones Públicas donde se encuentra nuestra oficina. Mi día a día, no es muy emocionante que digamos, solo mucho trabajo, muchas reuniones, muchas personas que atender, informes que entregar, pagos que hacer….

Termino casi siempre sobre las cinco y media e intento, algunos días, andar y correr un rato antes de que se haga de noche (anochece muy pronto, antes de las siete). Solo los sábados tarde y domingos tengo libre. A veces los sábados voy a cenar o a tomar unas copas con mis compañeros españoles y guineanos, y casi todos los domingos (cuando no llueve) voy a la playa de Sipopo a darme un baño y a relajarme.

Por el momento, afortunadamente, no he sufrido paludismo (malaria), ni ninguna indisposición gástrica, que son los dos males más comunes aquí y que varios de mis compañeros han padecido. Supongo que el tener cuidado con lo que como y bebo, y el elevado número de vacunas que me puse antes de venir, tendrán algo que ver.



Foto 4: Ana Sánchez en la cascada de Ureka, al sur de la isla, 5-7-2015

Despedida

No sé cuánto tiempo más estaré en Guinea Ecuatorial, no solo por la duración del proyecto, sino porque echo mucho de menos a mi familia, a mi novio, a mis amigas; es lo peor de estar aquí. Es emocionante conocer nuevos sitios y nuevas personas, es emocionante colaborar en este proyecto que va a ser histórico, pero es triste vivir todo esto sin la compañía de quienes quieres. Muchos besos para todos, en especial para mi novio y mi hermana; os quiero mucho y os echo mucho de menos, pronto estaré de vuelta con vosotros.