miércoles, 27 de diciembre de 2017

Valverdeños por el mundo. Francia

Manuel González Campillo "el Campi" y familia en Francia

Se trata del primer caso de una familia valverdeña al completo que a estas alturas del siglo sale fuera de España en busca de trabajo http://www.esvalverde.com/2017/12/valverdenos-por-el-mundo-francia.html

Es Valverde (es noticia).-

Valverdeños por el mundo. Francia
por Jesús Copeiro

Este es el primer caso de una familia valverdeña al completo que a estas alturas del siglo sale fuera de España en busca de trabajo. Se trata de Manuel González Campillo “el Campi” (1963), su esposa María Suárez Corralejo (1966) y sus hijos Ismael (1991) y Sara (1996). Primero salieron padre e hijo y cuando obtuvieron empleo marcharon las mujeres. Una familia que se ha establecido en el sur de Francia y que poco a poco va adaptándose a su nueva situación. Residen en Decazeville, al norte de Toulouse y a unos 1.500 km de Valverde. Se trata de un antiguo pueblo minero a donde fueron a parar numerosos exiliados españoles durante la guerra civil y que acabaron trabajando en sus minas de carbón. Las minas se encuentran actualmente cerradas y los dieciséis mil habitantes que tenía el pueblo han pasado ahora a unos seis mil. Desde mi juventud he pasado por varios trabajos -afirma Manolo Campillo- pero ha sido en Calzados Palanco donde estuve los últimos treinta años. Con el tema de la crisis todo empezó a ir mal en Valverde. No me fue posible seguir trabajando de zapatero, ni en ningún otro sitio, pues ya con 53 años pocas puertas se abrían, por no decir ninguna.


Foto 1: La familia valverdeña en su casa de Decazeville. Delante, Manuel González Campillo “el Campi” y Sara (hija); detrás, María Suárez Corralejo (esposa) e Ismael (hijo). Foto realizada el 12 de noviembre de 2017, cumpleaños de María Suárez.


Esposa medio francesa

Mi esposa María nació en Saint Quentin, al norte de Francia, cerca de la frontera belga, ya que sus padres españoles trabajaban allí, pero al morir su padre tuvo que regresar a España con siete años. Mi esposa sigue teniendo familia en Francia y aunque lejana, siempre tuvimos contacto con ella. Los familiares de mi esposa son descendientes de Enrique Mora Lisardo, nacido en Valdelamusa, socialista y minero en Lomero, que tuvo que exiliarse durante la guerra civil. Fue además el padrino de mi mujer.

Por medio de las redes sociales conocí hace unos tres años a Sonia y Jean Paul, un matrimonio descendiente de españoles y amigos de la familia de mi esposa. Como querían conocer nuestra tierra llegaron a Valverde con otros dos matrimonios más para pasar diez días. Comimos juntos, hablamos de trabajo y aunque preguntaban mucho, yo era ajeno a que dos de ellos eran empresarios. Pasado un tiempo y viendo que en Valverde la cosa iba cada vez peor me ofrecieron trabajo en Francia y también a mi hijo Ismael, al ver su curriculum con sus estudios de electricidad. Así que decidimos partir el 1 de noviembre de 2016.


Empieza la aventura

Ismael empezó su trabajo en la empresa Groupe Angel Larren Société, pero mi trabajo se retrasaba y al cabo de tres semanas decidí regresar a Valverde. Duro fue dejar solo a mi hijo tan lejos y sin saber el idioma, pero volvimos a vernos en Navidad. A mediados de enero me llamó la empresa de electricidad donde estaba mi hijo para trabajar como ayudante en las líneas subterráneas de alta tensión, cosa que me dio mucha alegría. Podía residir en Decazeville, así que una vez que me entregaron el piso a finales de abril fui a Valverde a recoger a mi mujer y a mi hija.


Foto 2: Manuel González “el Campi” en Peyrusse-le-Roc, junto a las torres de un castillo medieval que se alzan sobre un pico rocoso. Fotografía tomada el 11 de febrero de 2017

En Decazeville

Y una vez en el piso empezamos a conocer a nuestros vecinos, gente maravillosa: Carmen, Pilar, Luis, Ana María, Juan...todos descendientes de españoles que marcharon a Francia durante la guerra. Tuvimos suerte, llegar aquí y tener esta gente estupenda que nos ayudan con todo el papeleo, pues el idioma no va bien que digamos.

Los franceses, por lo que yo he tratado, son muy educados y amables y mis compañeros, que no hablan español, se las apañan como pueden al igual que yo, que tampoco domino el francés. Pero si ellos chapurrean el español, yo puedo más que ellos.

Rara es la vez que hablo con alguien que no me responda en castellano. Se dan cuenta rápidamente que soy español, pero nunca me relacionan con Andalucía y me sorprende que la mayoría no sepa donde está Huelva, tengo que explicarles que al lado de Sevilla. En nuestro barrio tenemos vecinos descendientes de españoles, pero el idioma siempre es el francés. Es lo mejor, así podemos practicar y aprender, pero lo mezclamos con el español, de momento es lo que soy capaz de hacer.



Foto 3: Manuel e Ismael en Le Lioran, un paisaje nevado, el 26-3-2017

Trabajo

Trabajamos juntos en la misma empresa aunque en distintos lugares, normalmente fuera del pueblo, pero coincidimos algunas veces. La comida la llevamos de casa, como decimos en Valverde: el canasto. Hay días que comemos al sol y días que comemos dentro del furgón cuando llueve. Echamos las ocho horas, pero trabajamos un viernes si y otro no. Al final la jornada semanal es de 35 horas y los salarios mínimos rondan los 1.200 euros.

A mi hijo Ismael el trabajo le va muy bien pues tiene el título de electricidad y trabajó un año en el montaje eléctrico de Minas de Riotinto. El idioma lo lleva bastante bien y se defiende, es joven y fue buen estudiante. Algunos fines de semana se va a Rodez, la capital del departamento y sale con amigas y amigos franceses y españoles. Echa de menos a sus amigos de Valverde, pero alguna que otra vez aprovecha las ofertas de los billetes de avión y viaja de Tolouse a Sevilla. Vive independiente, pero suele venir con frecuencia a casa, estamos cerca el uno del otro.


Amigos

La vida aquí es para mi del trabajo a casa y de casa al trabajo, pues salir de cervezas es aburrido, no tiene nada que ver el ambiente nuestro con el francés. Bueno, de vez en cuando salimos de turismo pues los paisajes de aquí son dignos de ver. Me gustaría destacar que tenemos aquí unos amigos que son nuestra familia francesa, descendientes de españoles rebujados con franceses, que nos ayudan mucho en todo, idioma, papeles, etc. Además, soy aficionado a la guitarra y estoy enseñando a un grupo de francesas a cantar por sevillanas.


Foto 4: Manuel “el Campi” manejando un cable de alta tensión. Baraqueville, 20-11-2017

Comidas


Las comidas, bueno, en principio “comme si, comme ça” (más o menos), pues hay de todo, cosas raras pero ricas y otras no. Pero ahora que está aquí mi mujer tomamos comida española aunque con productos franceses. En el supermercado normalmente encontramos de todo, pero nada que ver con lo nuestro en cuanto a sabor y ya de precios mejor no hablar, pues aquí todo es caro y no me puedo permitir comprar pescado fresco. Un kilo de chocos cuándo los hay, que no siempre, vale 27 euros. Así que es imposible y vamos a por los minichocos congelados, pero no tienen sabor. Y con las sardinas pasa igual. Solo puedo presumir de comer buen queso y en mil variedades, pero poco más. Cuando viajo desde Valverde me traigo productos españoles.

Los horarios son muy distintos a los de Valverde. Se come a las 12 y la cena es sobre las 7,30 de la tarde. Yo solo cumplo el horario de medio día, es normal, pero ceno como en España entre 9 y 9,30. Los fines de semana no tengo horario para comer, no hay prisa.


Despedida

Dar las gracias a Carolina y José, nuestra familia, a Sonia y Jean Paul, a mi jefe Julián y su esposa Brigitte por darme esta oportunidad, porque no es fácil encontrar trabajo con cierta edad. Por cierto, el padre de Brigitte es Ángel Larren, súbdito español, que marchó a Francia cuando la guerra y fue quien montó aquí la empresa de electricidad. Y recuerdos a todos mis vecinos. En Navidad pasaremos una semana en Valverde.


Foto 5: Subidos a los postes de alta tensión. En el poste izquierdo se halla Ismael intentando coger el cable, primavera de 2017


3 comentarios :

  1. Enhorabuena por tu valentía,para buscar un bienestar digno,yo también viví la emigración es dura pero el ser humano se adapta,porque las raíces es complicada arrancarlas y, se hecha mucho de menos tu entorno,tu tierra,familia ,amigos ,gastronomía ,clima ,pero la vida es así ,te deseo que sobre todo seas feliz en unión de tu familia .

    ResponderEliminar
  2. Buena gente como este hace falta mas por el mundo. Aunque lo sabes ya me alegro de corazon que la cosa vaya bien--

    ResponderEliminar
  3. que grande es este hombre y su familia, una historia real, que da gusto leer, sin esconder la verdad de la dureza que supone salir de tu pueblo solo porque las circunstancias lo requieren.No como las historias de niños buscando diversión por otros países, que solo cuentan lo que les interesan y no la realidad, ocupando puestos de trabajo a los que si pueden acceder en España, pero parece que en otros países son mas dignos......

    ResponderEliminar

Antes de dejar un comentario conviene saber: En cumplimiento de la Ley, cualquier comentario que pueda ser considerado injurioso o difamatorio será retirado en el momento en que se tenga conocimiento del mismo. Los insultos y descalificaciones personales también serán eliminados.

Además www.esvalverde.com es un espacio de opinión, por lo que su administrador no se hace responsable de los comentarios vertidos por sus usuarios. Se podrán eliminar comentarios que no guarden relación con el contenido de la entrada.

Si después de leer este aviso dejas un comentario, entendemos que aceptas estas condiciones y asumes la responsabilidad del contenido del mismo.