"¡Hasta pronto querido pueblo y no faltaré a mi cita del viernes de carnaval!"
Regina Martínez Fiscal vive y trabaja desde el 25 de septiembre de 2012 en Holanda; "eligí Amsterdam porque mi hermana estuvo aquí de vacaciones y le gustó mucho". En este reportaje nos narra su vida por la ciudad de los canalesEs Valverde (es noticia).-
Por Jesús Ramírez Copeiro
Nació en Valverde el 11 de mayo de 1979. Su padre, Juan Fiscal García, es conocido por todos como "Fiscal" y por su Banda del Tirachinos y porque siempre va en su moto acompañado de su perro, cual enamorado lleva a su amada, nos dice Regina. Su madre, Mª Dolores Martínez Mantero, es conocida por su tienda de calzados Popy, que tenía en la calle de Arriba y que siempre ha llevado con mucha entrega, afirma.
Soy Educadora Infantil y Educadora Social, titulaciones totalmente vocacionales que durante años de mi vida me la han llenado. Mucho más la primera, ya que he trabajado durante nueve años en la guardería municipal del ayuntamiento de mi pueblo y de la que guardo momentos inolvidables. Gente maravillosa, compañeras únicas y personitas que he tenido el placer de iniciar en los primeros momentos de su vida con toda mi pasión, entrega y amor. Pero la vida, en muchas ocasiones te hace recapacitar y pensar…quiero y necesito algo más, y lo importante es dar ese paso. Elegí Amsterdam porque mi hermana estuvo aquí de vacaciones y le gustó mucho. Llevo aquí desde el 25 de septiembre de 2012, ahora miro atrás y observo lo rápido que pasa el tiempo. Por eso es importante luchar por lo que quieres. Todavía recuerdo cuando me monté en el avión esa mañana. Habiéndome despedido de mi familia, me encontraba sola, sentada con gente hablando en inglés, pero con la mejor sonrisa y expectación que jamás he tenido en mi vida, fue una sensación fascinante, única.
Amsterdam
Mi primera impresión cuando llegué aquí fue muy buena. Llegaba a una ciudad totalmente distinta, en la que apenas había coches y todo el mundo se desplazaba en bici. Al llegar a la estación central observé un inmenso aparcamiento de bicis y me pregunté cual era la de cada uno. Esto es precioso, las casas estrechitas, en edificios altos y donde no existen las persianas, vidas de cortinas descorridas. Te llama la atención ver a las familias en las casas, haciendo su vida y viéndose desde la calle; después tú eres uno de ellos, uno más. Los canales dan un ambiente precioso y los fines de semana la gente pasea en los barcos haciendo fiestas. Aquí se hace mucha vida fuera de casa y aún más, cuando algún día sale el sol, es como si todo el mundo se volviera loco. La gente sale a las puertas de las casas a comer, invitan a los amigos, los parques se llenan, los bares…y es que, no tienen el maravilloso sol y la luz que tenemos en nuestra tierra. Es por eso, por lo que no existen las persianas, para aprovechar al máximo la luz, pues en invierno a las cinco de la tarde es de noche cerrada y en verano amanece a las seis de la mañana.
Me impresionan algunas cosas relacionadas con la educación. Por ejemplo, el que esté lloviendo y vayan los bebés en las bicis mojándose o que los niños pequeños vayan solos por el carril bici o que las guarderías sean también escaparates y todo lo que hacen se pueda ver o que la gente se caiga de las bicis y no levante la voz (imagino ahí la de voces que nos daríamos). La forma de vestir de los niños también es muy distinta, porque se ponen lo que quieren, lo mismo ves a una niña disfrazada, que a otra con una falda de lunares y una blusa de flores. Son aspectos que comparto, porque pienso que dan a los pequeños más autonomía e independencia ¡Me encanta! En los colegios, los miércoles hay sólo tres horas de clase, para que los niños puedan disfrutar de sus familias, incluso en los trabajos ese día dan permiso a los padres.
Llevo un año en el Tapas-Bar Joselito, un sitio precioso en el que me dieron la oportunidad de trabajar, a pesar de mi nivel de inglés. Y aquí sigo, contenta y aprendiendo cada día más y más. El bar lo regenta un judío y hay todo tipo de tapas españolas (mis preferidas son las gambas al ajillo, el pincho de pollo y los pimientos rellenos de bacalao). Hay holandeses que al saber que eres español te acogen de maravilla, en cambio otros se sienten invadidos y como les hables en inglés se molestan y te exigen que sea en holandés. Entonces yo les digo “usted está comiendo en un restaurante español, si quiere hablar en holandés váyase a uno holandés”. Tuve que aprenderme esa frase bien pronto porque en realidad te duele y molesta que te lo digan. Todo el mundo valora nuestra gastronomía, es más, los españoles que vienen de vacaciones suelen comer en nuestro bar. En cambio, la comida holandesa no es muy sana, abusan de la comida rápida y de las patatas fritas. Uno de sus platos típicos es el “bitterballen”, una albóndiga frita de carne, acompañada de salsas. Sin embargo, los quesos son aquí una delicia. Se trata de una ciudad cara y para comer es mejor alejarse de las zonas turísticas, incluso los supermercados son caros.
El invierno es muy duro, pero compensa llegar a casa o entrar en algún bar y que todo esté muy calentito, porque están preparados para ello. Según los holandeses el pasado verano ha sido uno de los más calurosos desde hacía 50 años y como no están acostumbrados ni preparados, las neveras no enfriaban y todo el mundo en los parques, en bikini y mojándose en las fuentes.
Ciudad cultural
Amsterdam es una ciudad cultural, incluso en la calle. Puedes pasear y escuchar a grandes artistas con sus violines, acordeones, guitarras, saxofones, grandes magos, bailarines, todo tipo de espectáculos. Hay bares con música en directo. El movimiento cultural no cesa: la semana de la ópera, la semana del cine, la semana del teatro, la semana del flamenco. Por cierto, el año pasado fui a ver al “Cigala” y tuve el placer de ir a su camerino y al descubrir que era andaluza me invitó a su fiesta privada y allí estuve, de cervecitas y risas con él y su banda. Si tienes oportunidad, hay que venir el día de la reina, se lía una buena en la ciudad, todo el mundo va de naranja y las calles se llenan de espectáculos; y también el día del orgullo gay, donde hay un pasacalles por los canales con barcos y los gays disfrazados de colores, tirando confetis y serpentinas.
Entre los lugares a visitar se encuentra la siempre animada Plaza Dam (donde se halla el Palacio Real y un gran obelisco en homenaje a los soldados holandeses caídos en la guerra mundial); las calles con sus canales; el precioso barrio del Jordan; y el conocido barrio rojo o redligt, conocido mundialmente por sus escaparates donde están las mujeres desnudas o en ropa interior, llamando a los hombres desde la calle e invitándoles a entrar. También es visita obligada la Biblioteca, al lado de la estación central, es preciosa, tiene seis pisos enormes y las vistas son buenísimas. También los parques, muy conocido el Vondelpark, el único parque del mundo donde está permitido hacer el amor, pero no pienses que se ve, ¿eh?, tiene de todo, es inmenso y cuando sale el sol se reúne allí todo el mundo para hacer barbacoas y demás.
Desde que llegué aquí, hasta ahora, ha sido un bombazo de españoles, no dejan de venir. Al principio me preocupaba mucho, es más, me daba mucha pena porque venían al bar a dejar el curriculum, hasta diez al día, pero ahora ya me he acostumbrado. Vas por la calle y escuchas hablar español, es impresionante, es normal que los holandeses estén un poco asustados por esa llegada masiva de hispanos. Hace tres meses llegó también mi hermana a despedirse de mí, pues se iba a Chile y al final cambió sus planes…nada pasa por casualidad, mi lema de vida.
Mi experiencia aquí aún no ha terminado, pero tampoco le queda mucho. Al tercer mes me di cuenta de que era una ciudad de paso, pero me gustaría seguir caminando y sobre todo desenvolverme perfectamente en inglés, que te abre las puertas del mundo. No se donde iré, pero tengo claro que esta oportunidad que me dio la vida y que supe aprovechar es algo de la que jamás me arrepentiré ¡Hasta pronto querido pueblo y no faltaré a mi cita del viernes de carnaval!
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